El Gobierno Vasco aprueba las bases para una nueva ley educativa

El Gobierno Vasco ha aprobado este martes para su remisión al Parlamento el documento "Bases para el acuerdo" que servirá para la redacción de una nueva ley de Educación para Euskadi y que es rechazado por los sindicatos Steilas, LAB y CCOO y por la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de la escuela pública, Ehige.

Este documento es fruto de un proceso participativo impulsado por el Departamento e iniciado en septiembre en cinco mesas de trabajo sobre convivencia, lenguas, evaluación, modernización de la educación y autonomía de los centros.

Se ha completado con más de 100 aportaciones de organizaciones y ciudadanos y con propuestas elaboradas en el Consejo Escolar de Euskadi, que se encargó de su revisión, y del que salió con aportaciones que se han tenido en cuenta y con el voto en contra de Ehige, y de los sindicatos Steilas, CCOO y LAB.

Estas organizaciones echan en falta que en el texto se recojan aspectos relativos a la financiación del sistema educativo vasco, integrado por colegios públicos y concertados, así como que se dé un lugar central a la red pública como eje principal del sistema educativo.

La consejera de Educación, Cristina Uriarte, ha explicado tras la reunión del Consejo de Gobierno que el documento se va a enviar al Parlamento para someterlo al contraste de los grupos, aunque ha señalado que será la Cámara la que decida cómo lo tramitará.

Ha defendido que se trata de un texto de "origen plural" y que ha sido "matizado y enriquecido" por el Consejo Escolar de Euskadi, tras recordar que la Ley de la Escuela Pública Vasca tiene 25 años y es preciso caminar hacia una nueva norma que "reformule el modelo vasco educativo" tras más de dos décadas de "cambios vertiginosos".

El texto que pasará por el Parlamento para servir de base a la futura Ley de Educación autonómica fija retos que pasan por la modernización del sistema, por favorecer la convivencia y por garantizar una escolarización no discriminatoria.

También persigue reforzar los procedimientos de evaluación, consolidar una educación plurilingüe con el euskera como eje central y otorgar más autonomía a los centros para que desarrollen sus propios proyectos en función de sus singularidades.