Jueces y fiscales vascos salen a la calle para protestar las condiciones laborales

Los jueces y fiscales vascos han salido a la calle para exigir al Gobierno español mejoras laborales y reforzar la independencia, en las concentraciones convocadas en todo el Estado. En Euskadi han tenido lugar frente a los palacios de Justicia de Bilbao, Vitoria-Gasteiz y San Sebastián.

Siete asociaciones, que representan las profesiones de juez y fiscal, han llamado a los magistrados y fiscales a concentrarse a las 13:00 horas frente las sedes judiciales de cada territorio. Los convocantes ven posible una huelga el próximo 22 de mayo.

Han organizado la movilización cuatro asociaciones de jueces: Asociación Profesional de la Magistratura, Asociación Judicial Francisco de Vitoria, Juezas y Jueces para la Democracia y el Foro Judicial Independiente; y las tres de fiscales: Asociación de Fiscales, Unión Progresista de Fiscales y la Asociación Profesional Independiente de Fiscales.

Entre las mejoras laborales, los jueces exigen un plan para modernizar la justicia que garantice calidad y eficacia, piden incrementar la plantilla judicial con al menos 300 plazas más, y por último, proporcionar medios y materiales adecuados a los funcionarios públicos en la lucha contra la corrupción. Además, solicitan recuperar el nivel salarial reducido por la crisis.

Entre las exigencias, José Luis Nuñez, juez decano de Vitoria, ha explicado que en Álava es necesaria al menos una plaza en la Audiencia, la creación de un juzgado mercantil y otro de primera instancia.

Capitales autonómicas vascas

Vitoria-Gasteiz ha reunido a una treintena de jueces y fiscales en el palacio de justicia de la ciudad, y entre ellos, se encontraba la presidenta de la Audiencia de Álava, Mercedes Guerrero.

La concentración de Bilbao ha durado cinco minutos, aproximadamente, con medio centenar de protestantes; entre ellos, Juan Luis Ibarra, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Euskadi. En San Sebastián, alrededor de 40 jueces y fiscales han salido a la calle.

Después de concentrarse, los asistentes han leído un manifiesto en euskara y castellano, y han estado un cuarto de hora en silencio.