Edesa marca el 10 de febrero como límite para el plan de viabilidad

El equipo de empleados de la planta de Edesa de Basauri que ha impulsado el plan de viabilidad de la sección de Confort ha fijado como "fecha límite" el 10 de febrero para seguir trabajando en el proyecto y evitar prolongar expectativas ante una propuesta que, hasta ahora, carece de financiación.

Estos empleados han elaborado un plan de viabilidad para salvar las plantas de la división de Confort de Fagor Electrodomésticos en Basauri y Bergara, que según sus cálculos necesitaría unos 20 millones de euros de financiación inicial.

En un comunicado, los miembros del equipo promotor de este plan, que son socios y trabajadores de la planta de Edesa, se han sumado hoy al llamamiento de SOS lanzado el jueves por sus compañeros de la fábrica de Basauri y han hecho público que, a partir del 10 de febrero, dejarán de trabajar en este proyecto.

"Aunque entendemos que el proyecto requiere de la máxima dedicación posible, no podemos crear indefinidamente expectativas entre los trabajadores, proveedores y clientes que confían en este plan", han afirmado.

También han asegurado que no resulta "responsable" la materialización de este proyecto sin contar con "un apoyo financiero sólido que, a día de hoy, lamentablemente, no se ha concretado".

En este sentido, han agradecido los "apoyos institucionales" de las Diputaciones forales de Bizkaia y Gipuzkoa, grupos parlamentarios presentes en la Comisión de Desarrollo Económico y Competitividad del Parlamento Vasco y del Ayuntamiento de Basauri.

De igual forma, han reconocido al resto de trabajadores de Edesa su "implicación, esfuerzo y apoyo en la defensa de este plan que busca el mantenimiento sostenible de los puestos de trabajo".

El pasado jueves, los trabajadores de Edesa lanzaron un SOS a las instituciones y a la Corporación Mondragón (MCC) para que trabajen conjuntamente para intentar reabrir la fábrica, ya que "el tiempo se acaba".

Los trabajadores de la planta de Basauri, cerrada por Fagor Electrodomésticos, mantienen un encierro a turnos en la fábrica de esta localidad vizcaína desde que cerró sus puertas el pasado mes de noviembre.