Jesús Torquemada
Análisis
Santos lo intenta de nuevo en Colombia
Jesús Torquemada
- Redacción -
Al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, hay que desearle más suerte que la que tuvo uno de sus predecesores, Andrés Pastrana.
Al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, hay que desearle más suerte que la que tuvo uno de sus predecesores, Andrés Pastrana.
Pastrana, que ejerció su mandato entre 1998 y 2002, fue el presidente que más en serio se tomó la negociación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Se reunió en persona con Manuel Marulanda, alias Tirofijo, que era entonces el máximo jefe de la guerrilla, y ordenó al Ejército que saliera de la región del Caguán, del tamaño de Euskal Herria, y la dejara en manos de las FARC.
Aquel proceso, sin embargo, fracasó. Como suele ser lo normal en estos casos, el Gobierno echó la culpa a la guerrilla y la guerrilla se la echó al Gobierno. Después llegó Alvaro Uribe. Uribe puso en práctica una política de mano dura con la guerrilla; sin embargo, a la mitad de su mandato aceptó la mediación de su colega venezolano, Hugo Chávez, y dio la impresión de que las FARC y el Gobierno colombiano podían alcanzar un acuerdo.
El optimismo duró poco. Otra vez el proceso reventó entre reproches mutuos. Y, de paso, las relaciones entre Colombia y Venezuela se estropearon hasta llegar a la ruptura diplomática, porque Uribe acusaba a su colega de ayudar a las FARC.
Nada más llegar a la Presidencia, lo primero que hizo Santos fue restablecer esas relaciones y dar a entender que estaba dispuesto a retomar las negociaciones con las FARC. El estilo de Santos está siendo original: por un lado, mantiene la mano dura; por otro, da muestras de querer dialogar. Bajo su mandato, el Ejército ha asestado golpes muy duros a las FARC, pero, al mismo tiempo, se han adoptado leyes, como la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que pueden ayudar a la reconciliación en Colombia.