Jesús Torquemada
Análisis
El bloqueo llega del Este
Jesús Torquemada
Merkel ha entendido que, por el bien de la Unión, la derecha debe renunciar esta vez a la presidencia de la Comisión; pero la derecha del Este de Europa no está por la labor de ceder nada.
El bloqueo del Consejo Europeo tiene mucho que ver con la actitud de los países del Este de Europa. Hay que reconocer que la tarea es difícil: nombrar a los cinco principales cargos de la Unión Europea respetando equilibrios entre familias políticas y procedencias geográficas, y además con la obligación moral de que, esta vez sí, al menos dos de esos cargos sean mujeres.
El cargo más importante de todos, el primero que hay que desbloquear, es el de presidente de la Comisión Europea. Aprovechando la cumbre del G-20 en Osaka, varios líderes europeos pactaron que el socialista holandés Frans Timmermans fuera el presidente de la Comisión. Esos líderes son la cristianodemócrata Merkel, el socialista Sánchez y los liberales Macron y Rutte, el primer ministro holandés.
Pero se han encontrado con una rebelión de los países del Este de Europa contra Merkel. Más concretamente, los del Grupo de Visegrado: Polonia, Hungría, Chequia y Eslovaquia. En esos países, gobernados por la derecha, salvo Eslovaquia, no hay tradición de coaliciones ni de acuerdos negociados; el que gobierna, lo hace como una apisonadora. Merkel ha entendido que, por el bien de la Unión, la derecha debe renunciar esta vez a la presidencia de la Comisión; pero la derecha del Este de Europa no está por la labor de ceder nada.