Jesús Torquemada
Análisis
Otra propuesta enrevesada de Theresa May
Jesús Torquemada
Laboristas y conservadores creen que May está políticamente muerta, y que el último golpe se lo van a dar las elecciones europeas, que en el Reino Unido son mañana.
Los laboristas piensan que es una trampa. Los conservadores gritan que es una traición. Así ha sido recibida la última propuesta de la primera ministra, Theresa May, sobre el brexit. Parece que May ofrece la posibilidad de un segundo referéndum; pero no es exactamente un referéndum para que los británicos decidan otra vez si se van de la Unión Europea o se quedan; lo que votarían los británicos es si aceptan o no el plan de salida de la Unión que sea aprobado por el Parlamento.
May quiere que el Parlamento acepte su plan, el que ya ha sido rechazado tres veces, y al que ha introducido algunos cambios. Luego, una vez aprobado, se debatirían las enmiendas. Y en esa fase de enmiendas es cuando los diputados podrían votar sobre ese referéndum o sobre la creación de una unión aduanera temporal con la Unión Europea.
Los laboristas ven ahí una trampa: si votan que sí al acuerdo, ¿quién les garantiza que luego van a salir adelante sus enmiendas? Los conservadores ven una traición: quieren un brexit ya, con acuerdo o sin acuerdo, y opinan que May está haciendo demasiadas concesiones a los laboristas. Todos, laboristas y conservadores, creen que May ya está políticamente muerta y que el último golpe se lo van a dar las elecciones europeas, que en el Reino Unido son mañana. Así que lo más probable es que no hagan nada y esperen a ver pasar el cadáver político de May.