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Jesús Torquemada

Análisis

Algo raro pasó en la campaña electoral de EE.UU.

Jesús Torquemada

Jesús Torquemada

Al día siguiente de que se publicara un vídeo que podía poner en jaque la carrera de Trump, Julian Assange filtró unos correos que perjudicaron a Clinton.

Algo raro pasó en la campaña electoral del año pasado en Estados Unidos. Hay cosas que son ciertas, otras son solo sospechas. Esto, por ejemplo, es cierto: al día siguiente de publicarse aquel famoso vídeo en el que Trump presumía de meter mano a las mujeres, "cuando eres rico y famoso te dejan que les toques todo", decía, WikiLeaks filtró unos correos electrónicos que perjudicaron seriamente a Hillary Clinton. Es decir, justo cuando Trump se enfrentaba a un escándalo que podía haber acabado con su carrera política, el portal de Julian Assange filtró esos correos que indicaban problemas internos en la campaña de la candidata del Partido Demócrata, y así el vídeo de Trump pasó a un segundo plano.

Otro hecho: un periódico estadounidense ha publicado que el hijo mayor de Trump, Donald Jr., intercambió mensajes con Assange por aquella época, y Donald Jr. no ha podido desmentirlo. Otro hecho: varios miembros del entorno de Trump mantuvieron reuniones con el embajador ruso en Washington. Mintieron sobre ello en la investigación que está llevando a cabo el fiscal especial Robert Mueller, y por eso están siendo procesados. Ahí empiezan las sospechas, no demostradas. Que aquellos famosos correos electrónicos los consiguieron hackers rusos y se los dieron a Assange para filtrarlos. Que Assange está agradecido a Putin porque éste dio asilo a Edward Snowden, el que suministró a WikiLeaks documentos comprometedores para el espionaje estadounidense. No sabemos exactamente qué, pero algo raro pasó.