Jesús Torquemada
Análisis
Refugiados: deprisa y mal
Jesús Torquemada
La operación se ha puesto en marcha sin personal ni instalaciones suficientes y sin garantías de que vayan a ser respetados los derechos de los refugiados.
La deportación de inmigrantes desde Grecia a Turquía ha echado andar deprisa y mal. Parece que había urgencia para dejar claro que a los inmigrantes ya no les conviene intentar llegar a Europa, porque serán devueltos a su destino. Y por eso se ha puesto en marcha la operación, sin personal suficiente, sin instalaciones suficientes y sin garantías de que se van a respetar los derechos de los refugiados.
En teoría, los que soliciten asilo en Grecia no pueden ser devueltos inmediatamente, sino que su solicitud de asilo debe ser procesada y solo se les podrá devolver si la solicitud es rechazada. Pero, tal como han empezado las cosas, hay serias dudas de que esos derechos vayan a ser respetados. Es un proceso que despierta serias dudas morales. La justificación que ha buscado la Unión Europea es que ha prometido que, por cada sirio que sea devuelto de Grecia a Turquía, otro será traído directamente a Europa desde Turquía. Pero ha puesto un límite de 72.000 refugiados que serán acogidos, una cifra ciertamente insuficiente. Es una pena que un continente rico como Europa no quiera hacer más para albergar a gente que huye de las guerras.