Política
Audiencia Nacional
Garzón acusa a Otegi y Rafa Diez de actuar bajo las órdenes de ETA
Redacción
Garzón les acusa de impulsar 'Bateragune' para participar en las próximas elecciones. También ha procesado a otros seis miembros de la izquierda abertzale. Todos fueron arrestados en octubre de 2009.
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha procesado hoy por un delito de pertenencia a organización terrorista al ex portavoz de Batasuna Arnaldo Otegi, el ex secretario general de LAB Rafael Díez Usabiaga y a otros seis dirigentes de la izquierda abertzale por impulsar el proyeto político de ''Bateragune'', con el que pretendían crear "un referente político" que pudiera concurrir a las elecciones municipales y forales de 2011.
El magistrado ha dejado fuera del procesamiento a Rufino Etxeberria al considerar que no existen suficientes indicios en su contra. El resto de los procesados son Arkaitz Rodríguez, Miren Zabaleta, Sonia Jacinto, Amaia Esnal, José Luis Moreno y José Manuel Serra. Todos ellos fueron detenidos el pasado 13 de octubre por orden de Garzón y cinco, entre ellos Otegi y Díez Usabiaga, ingresaron en prisión tres días después tras declarar ante el juez.
El juez destaca que los ocho pretendían "crear un bloque para el desarrollo de una estrategia soberanista" que diera forma a la "estrategia político-militar" de ETA creando un nuevo referente político institucional que sucediera a Batasuna y cuya constitución estaba prevista en la primavera de 2010. Según explica el auto los indicios acumulados en la investigación apuntan a que el proyecto, "dirigido por ETA desde el principio hasta el final", estaba próximo a materializarse cuando se produjo la intervención policial y
judicial en octubre de 2009.
Garzón acusa a los imputados de desarrollar "una estrategia de combinación de votos y bombas" que se ponía en marcha al dictado de la organización y que incluía la utilización de "parones en la lucha armada".
En su auto concreta que una de las actividades desarrolladas por Otegi era "consegir treguas encubiertas de ETA (...) para facilitar los contactos y aproximaciones con formaciones o agentes políticos y sociales soberanistas o independentistas que se muestren contrarios a la violencia y que exijan su cese como requisito para continuar, si bien la actividad violenta continúa en el resto de España".