Y vino el lobo...

Hasta anoche eran encuestas, fantasmas y amenazas estadísticas que se cernían sobre el proyecto europeo. Una Europa que, aparentemente, podía saltar por los aires. Hoy son certezas, y más que avanzar, los euroescépticos y eurófobos han arrasado en algunos países clave. En los motores europeos.

La primera, y en la frente; Francia. Terremoto político, cambio radical, los calificativos coincidían hoy en boca de unos y de otros. En boca incluso de Manuel Valls, el flamante y casi recién estrenado primer ministro, reconociendo como seísmo la sacudida que ha recibido su partido. Marine Le Pen, la primera entre los candidatos en salir a mostrarse triunfalista. Pavonearse es quizá la palabra más adecuada para lo que la hija del Frente Nacional ha hecho en platós y conexiones en directo.

No por anunciada, la victoria de Le Pen ha dejado de sorprender en Francia. Los sondeos no le daban tan holgada mayoría: habían anunciado que la ultraderecha iba a estar codo con codo con la derecha!!!! Así es que Le Pen supera toda expectativa.

Hollande, que no ha tenido ni tiempo para recuperarse del batacazo en las municipales, ve ahora cómo los socialistas vuelven a batir récords por sus malos datos. Pueden ser los peores de su historia en unas europeas. El golpe sin embargo, es doble: también se lleva su parte la oposición conservadora. Con el Frente Nacional como partido mas votado... ¿Cómo decir ahora que han iniciado la reconquista del poder? Hay quienes ya piden la cabeza del actual presidente de la derecha.

Este lunes, reunión en el Elíseo. Hollande no tiene mucho margen, puesto que en las municipales ya cambió hasta de primer ministro.

El ejemplo francés asusta y pone muchos deberes por hacer a políticos de aquí y de allá. El propio candidato de la Alianza de los Liberales y Demócratas, Guy Verhofstadt, lo ha recordado en su primera intervención de la noche. "Entiendo que lo ocurrido en Francia es llamativo, pero por favor, mirad a otros muchos países en los que la tendencia ha sido la contraria".

Pero nadie puede analizar Europa, mirar Europa, sin mirar a Francia, y eso que hasta a Angela Merkel parece haberle salido algún escaño euroescéptico logrado en Alemania.

Reino Unido

Y todos con un ojo puesto en el Reino Unido. El UKIP, el partido independentista, euroescéptico y que ha hecho de la lucha contra la inmigración su exitosa bandera, será la primera fuerza de su país. Su líder Nigel Farage lo dijo hace unos días; "El zorro del UKIP está ya en el gallinero de Westminster". Y así ha sido. El lobo finalmente sí ha venido y laboristas y conservadores están ya en alerta.

El UKIP no tiene representación en el Reino Unido, pero todo podría cambiar en las elecciones del año que viene. Los resultados de estas europeas bien podrían darle a los de Farage un trozo del pastel del Parlamento Británico. Otros expertos auguran sin embargo que un castigo en las europeas no significa que los británicos dejen en manos del UKIP las decisiones que les afectan en casa.

Los proeuropeístas no pueden más que destacar el escaso pero significativo no paso atrás en la participación. O que Beppe Grillo no ha conseguido cuajar su proyecto Cinco Estrellas frente a Renzi. O que en Holanda el susto no ha sido tan grande como se esperaba. Datos que en otro contexto hubieran sido grandes titulares, pero que quedan en segundo o tercer plano ante un lobo que, no por mucho avisar, ha dejado de hacer su gran aparición.