Vascos por el Mundo
'Vascos por el Mundo'
Cinco vascos en La Habana, la ciudad de los habanos, el ron y Fidel Castro
EITB
El reportero Gorka Vallejo nos descubre la capital de Cuba de la mano de cinco vascos que residen allí desde hace años. Ellos son Jesús, Maite, Iñigo, Patricia y Guillén.
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"Vascos por el mundo" viajará a La Habana con Gorka Vallejo. Foto: EiTB
Conocemos Cuba de la mano de cinco vascos que viven en la capital de Cuba desde hace años.
Jesús es de Mondragón y tiene 60 años, lleva más de 8 años viviendo en La Habana, pero hace casi 20 que pisó Cuba por primera vez. Antes de vivir en La Habana, este empresario ha vivido en más de 20 países diferentes y asegura que esta ciudad tiene algo que enamora. Con él conocemos el secreto del tabaco más famosos del mundo, el puro habano, y vemos cómo trabajan los torcedores para que uno de los íconos del país esté presente en todo el mundo. Este guipuzcoano nos lleva a la Bodeguita del Medio donde hacen el que puede ser el mejor mojito del mundo.
Jesús guarda un secreto que desvela para "Vascos por el mundo": un txoko que ha creado junto a otros empresarios vascos donde mantienen las tradiciones vascas, la buena comida y el mus.
Maite es de Etxarri-Aranatz y a sus 33 años es directora de comunicación de una cadena hotelera. A esta navarra la oferta de trabajo le llegó sin buscarla.
Maite nos descubre los secretos del Capitolio, uno de los edificios más representativos de la ciudad,y nos lleva también al hotel Habana Libre, del cual es directora de comunicación y desde el que hay una de las mejores vistas de toda la ciudad desde la terraza de la planta 25. Se trata de un hotel con mucha historia y es que es el primer hotel al que fue Fidel Castro después de la revolución y donde se creó el primer gobierno tras la Revolución Cubana. Por último,
Maite nos llevar hasta la zona más paradisíaca de Cuba, las playas de Varadero. Uno de los placeres que le ofrece la isla es pasearse por ellas.
Iñigo es de Donosti tiene 26 años y trabaja como ingeniero en una fábrica de ron, Havana Club. Vive en Cuba desde hace dos años y medio y asegura que vivir en la isla no entraba en sus planes. Como buen donostiarra, nos lleva a probar el mejor helado de la ciudad, a la heladería Coppelia, y visitamos San José De Las Lajas, el pueblo en que vive y lo que, según él, es la verdadera Cuba. De camino, vemos el túnel de la Habana, que está construido bajo el mar y conocemos el significado de “coger botella” en Cuba. Una vez en su pueblo, Iñigo nos enseña cómo en Cuba también se juega a pelota y nos confiesa qué es lo peor de vivir en Cuba para él: ¡no poder ir a Anoeta los domingos!
Patricia es una cooperante de Santurtzi que a sus 36 años lleva 8 viviendo en Cuba. Los tres últimos viviendo en la capital, en La Habana. Patricia siempre tuvo curiosidad por la sociedad cubana y su forma de organizarse, su sueño desde niña siempre fue vivir en Cuba y ahora ¡está cumpliendo su sueño!Patricia trabaja en la Asociación Euskadi Cuba y conocemos de primera mano cuál es la labor social de esta vasca que, según cuenta, siempre tuvo vocación de ayuda. Con ella conocemos la Plaza de la Revolución y después al barrio de El Vedado, la casa donde vive y cómo es la situación inmobiliaria del país. Para a
Patricia nos lleva hasta El Templete, el lugar en el que se fundó la ciudad y que guarda muchas similitudes con Gernika. Además, recorremos las calles de La Habana Vieja y conocemos los secretos de algunos rincones de esta ciudad.
Gillén es de Balmaseda y pisó La Habana por primera vez hace casi 20 años y ahora vive allí desde hace tres años y medio. Nos lleva a uno de los lugares con más magia de la ciudad, el callejón de Hammel. Con él abrimos las puertas del Jai Alai, el que fuera el frontón más importante del mundo en la primera mitad del siglo XX. Después nos lleva hasta el Centro Vasco, un restaurante en el que han comido Sinatra o Hemingway y que recuerda a un baserri.
Gillén puede presumir de tener su propio café cultural La casa de la bombilla verde en la que actúan trovadores cubanos. Además su bar es un punto de encuentro para todos los vascos que pasan por La Habana. Allí Gillén nos explica por qué sus clientes pueden comer tortilla de patata y txistorra.