Valdegovía

En las ciudades cada vez suenan menos las campanas, y en la mayoría de pueblos ya tienen los campanarios automatizados. Eso sí, aún quedan campaneros de vocación como Aitor Loizaga, maestro campanero de Quintanilla, en Valdegovía. Nos habla sobre su oficio, que es su pasión.

Fede muestra a sus huéspedes los animales que tiene en el hotel rural Casa Amona de Tuesta. Tiene unas 22 especies diferentes de aves, además de varios jabalís, entre los que se encuentra Felisa.

El agroturismo Molino Solapeña de Corro se sitúa en lo que era el almacén del molino donde guardaban el trigo y la patata. Nerea explica a David y a Uxue cómo funcionaba el molino que utilizaba el abuelo de su marido. Ahora tienen una piscina natural y otra artificial.

El verano está siendo ideal para la producción de sal, y en el Valle Salado de Añana se superarán con creces los kilos producidos en años anteriores.

Aitor se convirtió en el campanero del pueblo de Quintanilla al poco de ver las campanas del campanario de la iglesia de San Julián y Santa Basilia. Mientras disfrutan de la comida, Aitor nos ha contado todo lo relacionado con el mundo de las campanas.

Alex, tras jubilarse, decidió trasladarse de Bilbao a su residencia de Quintanilla. Nos ha mostrado dos de los lugares más significativos del pueblo: por un lado, la ermita de Nuestra Señora del Olmo, y, por otro, unas pozas naturales de agua.

José Luis, con 88 años, es la persona "menos joven" de Quintanilla. Con él y su mujer, Josefa, hemos degustado bacalao envuelto en panceta regado con pil-pil y salsa de piquillo. Mientras, el matrimonio nos ha contado la vida que han llevado en este pueblo del valle de Valdegovía.