Pero, ¡qué ven mis ojos! ¿qué es esto? Mi sueño se escapa, se diluye. Pues la estructura del edificio no se puede tocar, concluye. Ceda en su arrebato, señor. Estemos a la altura. Tomemos otra senda con premura. Sí, ensillad mi jumento. Ligero, señor, que en esto ni el caballo del malo va tan lento
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