“El pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla”: esta frase cuya autoría se le atribuye a diferentes personas se ha convertido en un adagio popular que resume la importancia de la memoria histórica y la necesidad de saber los acontecimientos que han constituido el ir y el devenir de un pueblo. 40 años han pasado desde que vitoria se tiñera de sangre, desde que el humo y el sonido de las balas marcaran a varias generaciones que recuerdan el 3 de marzo como una fecha en la que hay un antes y un después, esperando una justicia que no llega. Hoy hablamos de la memoria histórica.
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