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ESCRITO EN EL AIRE
'Gernika inauguró la era del terrorismo contemporáneo'
El escritor Juan Ibarrondo se fija en el aniversario del bombardeo de Gernika, que el 25 de abril conmemora su 80 aniversario y que inauguró, para el autor, "la era del terrorismo contemporáneo".
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Podemos decir, sin equivocarnos demasiado, que el bombardeo de Gernika inaugura la era del terrorismo contemporáneo.
Es verdad que el terrorismo se ha utilizado en otras épocas, y que antes de Gernika fue Durango, y Otxandio; y antes aún, los aviones franco-españoles bombardearon a civiles indefensos en aldeas perdidas del Rif durante la insurrección de Abd el-Krim.
Sin embargo, desde un punto de vista simbólico, Gernika marca el inicio de una era en la que el terrorismo se iba a convertir en norma más que excepción en los conflictos contemporáneos.
El terrorismo utiliza una violencia descarnada, visible, extrema… para provocar el terror de la población, intentando conseguir con ello beneficios políticos para el terrorista: sea éste una organización revolucionaria, un Estado, un señor de la guerra, o un lobo solitario.
Cuando una bomba cae sobre una fiesta nupcial en Afganistán, un dron ejecuta a un líder político, o un avión se estrella intencionadamente contra un edificio… se trata, sobre todo, de mandar un mensaje al enemigo y a sus aliados reales o potenciales: “No os opongáis a nuestros deseos, rendiros pues nadie está a salvo de nuestra violencia asesina y no existe ningún lugar seguro donde podáis refugiaros”.
Eso pretendían los nazis al bombardear Gernika, y eso pretenden también quienes lanzan bombas en Siria o Yemen, quienes sembraron de napalm Vietnam, los mismos que asolaron el barrio de Chorrillo en Panamá, o devastaron Bagdad desde el aire.
En las guerras de hoy, las víctimas civiles son mucho más numerosas que las militares, eso ejemplifica a la perfección la normalización del terrorismo en las nuevas guerras y en la supuesta paz. El avance progresivo de la barbarie sobre la civilización.
De modo, que, a riesgo de ser acusado de cínico, a quienes apoyan o justifican las guerras de hoy, bien podríamos acusarles de apología del terrorismo, y a quienes venden armas de colaboración con banda armada; y muchos gobiernos deberían ser juzgados por integración en grupo terrorista, incitación al odio, humillación y omisión de socorro a las víctimas del terrorismo.
Como cuando los refugiados mueren a miles en el mediterráneo en un terrorismo por omisión no menos letal que el tradicional.
Sin embargo, la era del terrorismo es también la era de la impunidad del poderoso para hacer y deshacer a sus anchas. Por eso luchar contra el terrorismo, aquí y ahora, es, también, luchar contra la impunidad del terrorismo de los poderosos.
Por eso, en Gernika, este próximo fin de semana, se escuchará un grito: ¡No a la impunidad, ongi etorri errefuxiatuak!