Historia de Álava
HISTORIA DE ALAVA
La paz de las mujeres medievales
Su labor consistía en tranquilizar a los bandos enemistados, mediar en conflictos e incluso pedir clemencia ante sus maridos, padres y hermanos para que detuviesen la violencia
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Símbolo de la justicia
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Las mujeres nobles y las reinas utilizaban frecuentemente los lazos de parentesco para tratar de convencer a sus familiares masculinos para que fueran misericordiosos, para que evitasen una injusticia o para detener las ansias de venganza que éstos muchas veces mostraban. Para ello se servían de todo tipo de gestos y de argumentos, e incluso del llanto si hacía falta, con el objetivo de enternecerles y que detuvieran su actitud violenta. Una estrategia muy llamativa para nuestro siglo XXI y que solía considerarse infalible en el caso de las madres era arrodillarse ante el hijo ya adulto y, llorando a gritos, soltarse la camisa para enseñarle los pechos, diciéndoles que con ellos les habían criado y que si tenían en estima a la madre cesarían su actitud violenta. Éste era considerado un gesto muy fuerte en la época y la imagen de su propia madre rogando y lamentándose desde el suelo con los pechos al aire debía impactar mucho a los hijos que, generalmente, en estos casos, solían deponer su actitud y tomar resoluciones más pacíficas.
Pero la búsqueda de la concordia, en ocasiones, no era una tarea fácil y, por ello, cuando la mediación, la palabra y los gestos grandilocuentes fallaban, las damas también podían preparar banquetes de reconciliación, o hacer regalos costosos o incluso realizados por ellas mismas a los enemigos de sus familias para propiciar el entendimiento mutuo y calmar los ánimos en situaciones de tensión. Todas estas estrategias, específicamente femeninas, han llevado a algunas historiadoras e historiadores a hablar sobre “la paz de las mujeres” o “el estilo femenino de mediación”. Como vemos, las estrategias para acabar con la violencia eran muchas veces imaginativas y casi un arte para estas mujeres medievales.