Radio Vitoria
Violencia machista
El error de la resignación
Jesús Barredo | Radio Vitoria
Radio Vtoria
Artículo de opinión: La muerte de una niña de 17 meses, arrojada por una ventana, tras haber sufrido presuntamente abusos sexuales ha conmocionado a la sociedad vitoriana.
La muerte de una niña de 17 meses, arrojada por una ventana, tras haber sufrido presuntamente abusos sexuales ha conmocionado a la sociedad vitoriana. De la consternación a la indignación, pasando por la denuncia y desolación; todo será insuficiente si nos quedamos en la resignación.
Un bebé de 17 meses, tras haber sufrido presuntamente abusos sexuales, muere después de ser arrojado por la ventana, en una calle paradójicamente llamada Libertad.
Primero llegó la consternación por la noticia de un trágico suceso, luego se hizo hueco la indignación al conocerse la injusticia de las circunstancias y sus consecuencias y, en tercer lugar, la desolación se extendió por la sordidez de una ignominia que sólo es capaz de cometer la especie humana.
Estos tres sentimientos se funden en el alma de cualquier ciudadano, cuando tiene noticia de un acontecimiento, como el que estos días ha sacudido Vitoria.
Resulta hasta difícil pensar que pueda haber espacio en el código penal para este tipo de delitos, porque es imposible imaginar una mente capaz de prever jurídicamente atrocidades de esta naturaleza.
No hay enajenación mental que pueda mitigar la desesperación por la crueldad que sufren los más vulnerables.
Una madre de 18 años y su hija de 17 meses, víctimas presuntamente de un profesor de música, que interpretó un siniestro réquiem mortal cuando le sorprendieron en medio de una infamia. ¡Cuánta desdicha en vidas tan cortas¡
Tal vez, en medio de la amargura, tengamos que buscar el consuelo de que la naturaleza, -más humana en su sabiduría que la de los propios hombres- haya decidido acoger en su seno definitivamente a Alicia y librarle, así, de la tortura de regresar con serias discapacidades neurológicas al mundo infernal que se las ocasionó y no supo prevenirlas.
Pero no eludamos el problema. Abusos sexuales, pederastia y violencia machista son crímenes que están instalados en nuestra sociedad y nos interpelan diariamente. La Consternación, la indignación, la desolación y todas las condenas juntas serán insuficientes si no salimos y permanecemos en la resignación.