PNV y EH Bildu exploran pactos presupuestarios en Araba

La coalición abertzale, que respaldó expresamente la candidatura de  Gorka Urtaran a la alcaldía y facilitó el camino de Ramiro González al Palacio de la Provincia,  ha dado muestras de que quiere verse reflejada en los próximos presupuestos. Así lo han expresado y así lo han entendido tanto en Diputación como Ayuntamiento de Vitoria.

No hay nada cerrado pero, junto a la declaración de intenciones, hay algunas expresiones que pudieran abonar las posibilidades de acuerdo.

El Diputado General, tras constatar  la disponibilidad en Eh-Bildu, ha añadido algo que invita a una segunda lectura. Recuerda Ramiro González  que ha habido un cambio en la Institución Foral y que eso -subraya- tiene que reflejarse en los presupuestos. Esto, en principio, no le acerca irremisiblemente a Eh-Bildu pero sí le aleja, por lógica, del  último inquilino que le ha precedido en el Palacio Foral: el Partido  Popular. Por su parte, el presidente de Sortu, Hasier Arraiz,  ha declarado recientemente que Eh-Bildu debe esforzarse en lograr acuerdos con el restoa pesar de que ello les genere tensiones internas. Son declaraciones distintas, en contextos diferentes, pero que apuntan en una misma dirección en el caso alavés.

En el ayuntamiento, Gorka Urtaran ya comparte con Miren Larrión  la fórmula para neutralizar el pasivo heredado de Javier Maroto,  oxigenando las cuentas en la recta final de 2015. Para algunos observadores es la antesala del pacto presupuestario.

Paralelamente, el alcalde  ha mostrado cierta habilidad solucionando la polémica del Impuesto de Actividades Económicas con un acuerdo a tres bandas con empresarios, socialistas y populares. La coalición abertzale critica el pacto pero  no dinamita los puentes, consciente de que, aunque le incomode, era un compromiso electoral en el programa jeltzale.

Pactar las diferencias y buscar espacios de encuentro es un eje sobre el que pueden girar los deseos del gobierno municipal de  acuerdos diversos, por un lado,  y de Eh-Bildu, por otro, de apostar por un cambio de modelo, opuesto al del Partido Popular. Ambos discursos ahora son compatibles.

El PP, sin embargo, se encuentra con una doble dificultad a la hora de votar los presupuestos; la incomodidad de apoyar a quienes le han relevado  al frente de las instituciones y el inconveniente de respaldar, coincidiendo con las Elecciones Generales, a  directos adversario en esa meta volante de la Carrera de San Jerónimo, que conduce a la Moncloa. Demasiados inconvenientes para las filas que desde esta semana preside Javier de Andrés en Alava.