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La mecánica del caracol

Ciencia

Impacto del plástico en la salud de los ecosistemas: Un estudio recomienda proteger la fauna mesopelágica

El biólogo Alvaro Bayón analiza el efecto del plástico en los océanos, donde afecta a la supervivencia de los organismos y altera la biogeografía. Raúl Prellezo, de Azti, explica cómo los seres marinos que viven en la zona entre 200 y 1000 metros de profundidad favorecen el secuestro de carbono.

  • Plástico en el mar

    Plástico en el mar

    54:54 min
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La Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente aprobó en 2022, durante una reunión celebrada en Kenia, una resolución titulada "Fin de la contaminación por plásticos: hacia un instrumento internacional jurídicamente vinculante", el paso previo para negociar un tratado internacional vinculante para abordar la contaminación plástica en todas las etapas de su ciclo de vida, desde la producción hasta su disposición final.

El Comité Intergubernamental se ha reunido cinco veces desde entonces, reuniendo a políticos, diplomáticos y científicos. La última cumbre, celebrada hace unos días en Busán, Corea del Sur, no consiguió cerrar el acuerdo y las negociaciones continuarán en 2025. Al mismo tiempo, 400 personas del mundo científico firmaron un manifiesto que expone la necesidad de adoptar una gobernanza común en la gestión del plástico a lo largo de todo el ciclo de vida. Según estos especialistas, tenemos en el mundo una producción media anual de 400 millones de toneladas de plástico, y un ritmo de crecimiento que podría triplicar esa cifra para 2060. Una parte importante de esta producción, unos 52 millones de toneladas anuales, acaban cada año en el medio ambiente.

Sobre los efectos de esta contaminación en los ecosistemas y en los seres vivos, especialmente en los océanos, charlamos con Alvaro Bayón, doctor en biología, divulgador científico, profesor del máster universitario de Comunicación Científica de la Universidad Isabel I de Burgos.

En los océanos, a una profundidad de entre 200 y 1.000 metros de profundidad, se encuentra la zona mesopelágica, un hábitat en el que los seres vivos han evolucionado para adaptarse a unas condiciones de, luz, temperatura y presión particulares. A lo largo de cinco años, un equipo internacional ha investigado a estos habitantes del océano profundo, su forma de alimentarse, su comportamiento para evitar a los depredadores. ¿Son los organismos mesopelágicos una fuente de recursos interesante para el ser humano? Se han encontrado razones importantes para prestarles atención, aunque la conclusión de este informe es que es más beneficioso proteger esta zona que explotarla porque, por ejemplo, estos animales juegan un papel importante en el secuestro y transferencia de carbono. O sea, su actividad tiene un impacto positivo en el clima. Raúl Prellezo, experto en economía pesquera de AZTI y coordinador del proyecto Summer, ofrece más detalles.