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Distrito Euskadi

CIENCIA

El daltonismo, un factor determinante en el descubrimiento de un circo romano en Iruña-Veleia

El reciente descubrimiento de un recinto de 280 metros de longitud y 72 de anchura, "un edificio de espectáculos en el que se celebraban carreras de carros tirados por caballos", lo realizan Javier e Iker Ordoño (Arkikus). Ambos son daltónicos, como Gabriel Molina Terriza.

  • Imagen: Iruña-Veleia

    Imagen: Iruña-Veleia

    11:59 min
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Gabriel Molina Terriza es profesor en Ikerbasque, en el Laboratorio de Nanofotónica Cuántica del Centro de Física de Materiales de Donostia. Con él analizamos en el programa Distrito Euskadi el hecho daltónico, del que quizás mucha gente apenas sabe nada, salvo que conlleva confundir algunos colores. Los hermanos Ordoño, quienes han descubierto el circo romano de Iruña-Veleia, dejan claro que "nosotros vamos más a las tonalidades y las diferencias de iluminación y de sombras" y no ya a ver los colores en sí. Por eso, el ser daltónicos les puso sobre la pista a la hora de escudriñar mejor el terreno bajo el que se encontraba ese circo de la época romana. La noticia ha supuesto una "sorpresa brutal" para Gabriel Molina Terriza, quien destaca que "en el ojo tenemos como tres receptores que son los que detectan el rojo, el verde y el azul. Pero algunas personas nacemos con alguno de los receptores dañados", sea uno o sean los tres. por eso, añade que "hay diferentes tipos de daltonismo, dependiendo de cuál de los receptores no funcione correctamente". Y redunda en la idea de que las personas daltónicas distinguen entre "distintos grados de brillo o intensidad", una manera de compensar la no distinción de los propios colores.