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Pastores navarros en EEUU, una historia de emigración por la supervivencia
El Gobierno de Navarra, junto con los investigadores de Laia Taldea y asociaciones como Euskal Artzainak Ameriketan o Elutseder recopilan en el libro 'La huella navarra en el Far West' las vivencias de miles de navarros y navarras en las praderas de California, Nevada, Idaho o Nevada.
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Pastores navarros en EEUU. Fuente: Euskal Artzainak Ameriketan.
19:41 min
Es difícil fijar el número exacto de navarros y navarras que, impulsados por la necesidad de labrarse un futuro, marcharon a California, Nevada, Idaho o Nevada para trabajar como pastores o camperos. Hacer la trashumancia de ganado en duras condiciones durante meses se convirtió en una opción clara para muchos vecinos de Bortziriak, Baztan, Maldaerreka, Erroibar o Aezkoa. Laura Igantzi, responsable de Euskal Artzainak Ameriketan, lo ejemplifica bien con este recuerdo: "Cuando mi tío mandó una foto en la que estaba comiendo un cordero y tenía otro colgado al lado, mi aita dijo: No tengo ninguna duda; allá que voy".
Recorrer durante semanas o meses las laderas con ganado, durmiendo a la intemperie, muchas veces en soledad, y bajo condiciones climáticas duras les permitía, cuenta Igantzi, "ganar cuatro veces más". Fue tal el fenómeno migratorio que, para gestionarlo y organizar las condiciones laborales, acabó configurándose la Wester Ranch Association. Eso les permitió a muchos que, tras acabar su contrato como pastor o borreguero, pudieran a optar a otros trabajos, como las lecherías o la hostelería.
La mayoría, pasados los años, volvieron a Navarra. Otros optaron por echar raíces en EEUU. Hoy son una comunidad muy respetada. Son, de hecho, "una referencia en la cultura estadounidense y nuestra imagen allí", según Asier Barandiaran, miembro del grupo de investigación Laia Taldea, que ha recopilado y registrado testimonios y datos. Y no solo ellos, los navarros, también las mujeres que emigraron con ellos. Algunas trabajaban como camperas asistiendo de comida y ropa limpia a los pastores, pero la mayoría se convirtieron, según Igantzi, "en la correa de transmisión de la cultura y el idioma vasco en América". "Está más que constatado que en las familias en las que la mujer era vasca se ha seguido manteniendo el idioma, el amor por los bailes, los bertsos...", asegura.
La historia de estos hombres y mujeres navarras que hicieron las Américas queda recogido en el libro La huella navarra en el Far West, un trabajo editado por la Dirección General de Acción Exterior del Gobierno de Navarra, con el trabajo de investigación del equipo de Laia Taldea y la vital aportación de las asociaciones Euskal Artzainak Ameriketan, Lesaka, Elutseder, Erro, Iratiko Bortuak y Aezkoa. Más de 150 fotografías ilustran este fenómeno migratorio del que aún quedan muchas cosas por contar.