Entrevistas
SOBERANÍA ALIMENTARIA
La guerra en Ucrania aviva el debate de la soberanía y la autosuficiencia alimentaria
La FAO alerta de que la guerra en Ucrania entraña graves riesgos para la seguridad alimentaria a nivel global. Trigo, maíz, colza, semillas, aceite de girasol... Ucrania es "una de las grandes potencias alimentarias no solo de Europa, sino de todo el mundo", recuerda el profesor Eduardo Malagón.
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El 60% del girasol que usa la industria agroalimentaria española proviene de Ucrania
26:00 min
A pesar del fuerte impacto que está teniendo la escalada bélica en Ucrania, el ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha reiterado este lunes que en el Estado español no habrá desabastecimiento alimentario.
¿Nos ha hecho la guerra más conscientes de nuestras debilidades alimentarias? ¿En qué medida somos autosuficientes? Según datos de la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación, "Rusia es el mayor exportador mundial de trigo y Ucrania es el quinto. Juntos, proporcionan el 19% del suministro mundial de cebada, el 14% del trigo y el 4% del maíz, lo que representa más de un tercio de las exportaciones mundiales de cereales". ¿Por qué somos tan dependientes de estos mercados? ¿Hay alternativas? ¿Es el momento de repensar las actuales estrategias agroalimentarias?
La falta de aceite de girasol
Argentina o Turquía son dos importantes países productores de aceite, explica el profesor Eduardo Malagón, pero "no es lo mismo traer aceite desde puertos como Odesa o Mikolaiv, en el Mar Negro, a traerlos desde Argentina; el coste se incrementaría notablemente".
Malagón, profesor del Departamento de Políticas Públicas e Historia de la Economía en la UPV/EHU y miembro del Instituto Hegoa, cuenta que la variedad de aceites que se producen y consumen en el Estado español "es bastante pequeña". En el caso del aceite de girasol se "importa prácticamente el 60% del aceite consumido". Esto no siempre ha sido así, pero la falta de "rendimiento económico" ha ido reduciendo el número de hectáreas de cultivo. Aunque en este momento "no se superan las 700 mil hectáreas", Eduardo Malagón no descarta que, a partir de la próxima cosecha, "haya una reconversión de suelo" para dar mayor cabida a la semilla de girasol.
En este contexto, Malagón asevera que la Política Agraria Común (PAC), nacida para compensar a los agricultores por los mayores costes de producción, está llamada a cambiar sus prioridades "para reforzar su carácter estratégico". Frente al "cómo producir", en los próximos años el reto pasa por "garantizar el abastecimiento de los mercados europeos".
Pablo Durana es agricultor de Berantevilla. Cultiva cereal, colza y girasol, entre otros cultivos. Considera que el futuro pasa por "aumentar la industria transformadora -más allá de alguna fábrica de pienso- para que la producción se quede aquí, y poder sacar una rentabilidad". A su juicio, es el paso más importante que le queda por dar al sector.