Los primeros automóviles no fueron bien recibidos. Hacían ruido y espantaban a las caballerías, echaban humo y parecían cosa de brujeria porque andaban solos. Fueron recibidos a pedradas.
© EITB - 2024 - Portal de Privacidad - Aviso Legal - Política de cookies - Configuración cookies - Transparencia - Contacto - Mapa Web