¿Cómo afrontar el racismo en la infancia?

Vestir a las brujas de rosa, a las hadas y princesas en tonos oscuros, utilizar folios que no sean blancos para que los dibujos de los niños contengan todas las gamas del color carne...

Es la “teoría del color” que expertos británicos en materia igualdad y diversidad recomiendan tener en cuenta para prevenir el racismo en la infancia. Dicen que la clave está en que los niños y niñas no asocien lo negativo con colores oscuros. Pero ¿son estas herramientas eficaces para prevenir actitudes racistas o xenófobas en los más pequeños?.

Entre las recomendaciones que han sido publicadas en la revista británica “Nursery World” se dice que ya en las guarderías los profesores deberían controlar los muñecos de las cajas de juguetes y reemplazar el puntiagudo gorro negro de una bruja por uno de color rosa, o cambiar el color de los vestidos de hadas por otros más oscuros. Incluso aconsejan a los profesores que cuando sus alumnos les preguntes por su color favorito respondan “negro” o “marrón”.

El racismo está presente en nuestra experiencia cotidiana, tanto dentro como fuera de los centros educativos, pero es una realidad compleja que suele ignorarse o negarse.

Es indudable que el aumento del alumnado extranjero plantea nuevos retos al sistema educativo, hay que concebir la escuela desde la interculturalidad.

Hay que ayudar a los niños y niñas a descubrir que cada uno de nosotros es único y que las diferencias (sean cuales sean) no son una amenaza, sino una fuente de riqueza. Porque es tarea de los adultos dejar de perpetuar estereotipos racistas.