Sociedad -
GARRAPATAS
"La picadura de una garrapata puede provocar alteraciones del sistema nervioso, corazón o articulaciones"
Los síntomas se desarrollan las dos semanas después de la infección, según ha detallado Miguel Angel Goenaga, médico del Servicio de enfermedades Infecciosas de la OSI Donostialdea.
ANE SANTESTEBAN | EITB MEDIA
Euskaraz irakurri: "Kapar baten ziztadak alterazioak eragin ditzake nerbio-sisteman, bihotzean edo artikulazioetan"
La enfermedad de Lyme o borreliosis es "una enfemedad compleja causada por una bacteria (Borrelia burgdorferi) trasmitida por la picadura de un tipo especial de garrapatas, denominadas duras por su envuelta (Ixodes ricinus principalmente en Europa)", explica el doctor Miguel Ángel Goenaga, del Servicio de Enfermedades Infecciosas de la OSI Donostialdea.
Diversos estudios han concluido que el cambio climático y el aumento de las temperaturas han provocado una proliferación de garrapatas y con ello un aumento del número de hospitalizaciones vinculadas a la picadura de esta garrapata. En Euskadi, eso se ha traducido en un aumento de casos del 232 % en los últimos 15 años; en Navarra, del 363%.
Los síntomas pueden variar, según el estado de evolución de la infección en el cuerpo: "Desde los locales en el lugar de la picadura (denominado eritema migrans, una mancha redondeada rojiza más o menos grande y que puede cambiar de localización y es bastante típica), a más generalizados dependiendo de en qué parte del organismo (una vez que ha pasado de la piel al interior) se asiente", ha destacado el experto. Goenaga afirma que puede afectar al sistema nervioso periférico o central, así como al corazón o articulaciones.
El urretxuarra Jon Badiola, de 42 años y afincado en Etxarri-Aranatz, permaneció ingresado durante seis semanas en el Hospital de Pamplona por la picadura de una garrapata. Su vida comenzó a cambiar en febrero de 2018. "De un día para otro comencé a ver mal", cuenta. "Al principio, los médicos pensaban que eran vértigos, pero mi visión empeoró, comenzaron los mareos y los vómitos, y poco a poco empecé a perder también el equilibrio", confiesa, e inmediatamente ingresó en la planta de neurología.
Tras muchas pruebas, no llegaba un diagnóstico claro. "Me decían que todo estaba bien, pero los sintomas iban a peor", señala Badiola. "También me hicieron la prueba de la Borrelia, la que detecta la enfermedad de Lyme, pero di negativo. En ese instante no tenía la infección", indica. Ante la falta de respuestas, sus hermanos decidieron contactar con la Asociación de la enfermedad de Lyme en Euskadi, ya que sospechaban que la picadura de una garrapata podría ser la causante de la enfermedad.
Badiola y sus hermanos son asiduos a la caza y a la montaña. "Cuatro meses antes, en otoño de 2017 me quité dos garrapatas del cuerpo, pero entonces no le dimos importancia", destaca. "Sí es cierto que esas últimas navidades las pasé mal, como con una especie de gripe continuo", recuerda. En la asociación les recomendaron un médico cántabro y éste les pidió que realizaran una serie de analíticas concretas en el hospital: "Di positivo en Bartonella y Rickettsia, otras bacterias transmitidas por las garrapatas", explica, "por lo que de neurología me pasaron a la planta de infecciosos".
Muchos lo denominan enfermedad silenciosa y es que, si al principio no se aprecia esa lesión típica de la piel, el resto de los síntomas pueden aparecer pasado un tiempo, "lo que dificulta la conexión epidemiológica con la misma", confiesa Goenaga. Con un diagnóstico temprano no hay problemas y con un tratamiento de antibiótico de tetraciclina en pozas semanas estás curado. Pero si el tratamiento se retrasa, se disminuyen las posibilidades de una cura completa, llegando a convertirse en crónica, como es el caso de Badiola.
Tras la administración de inmunoglobulina y corticoides, la salud del urretxuarra mejoró y el 22 de marzo salió del hospital. Después, y por prescripción del médico cántabro, tomó antibióticos durante un mes. Para recuperarse por completo, además, acudió a Bruselas para llevar a cabo una serie de tratamientos, donde le corroboraron que tenía la enfermedad de Lyme crónico leve. "Durante un año fui en tres ocasiones a Bélgica, pero era muy costoso, las medicinas, los viajes.... por lo que, cuando me vi mejor, decidimos dejar las visitas", reconoce Badiola.
Hoy por hoy se encuentra bien y ha podido recuperar su vida, aunque confiesa que hay épocas en el que se siente más débil.
¿Qué debemos hacer si nos pica una garrapata y cómo prevenirlo?
El médico de Servicio de Enfermedades Infecciosas de la OSI Donostialdea ha explicado que, en el caso particular de la enfermedad de Lyme hace falta un tiempo (horas) para que la Borrelia pase al organismo, "por lo que teóricamente se podría evitar esta enfermedad con un retirada pronta y segura de la garrapata". Por eso, dice, es importante revisarse el cuerpo tras realizar actividades en lugares donde haya garrapatas y si se detectan garrapatas, extraerlas de manera correcta.
"La garrapata se debe extraer completamente, sin dejar la cabeza insertada, con unas pinzas especiales", ha subrayado. "Es mejor retirar la garrapata entera de forma segura que arrancarla parcialmente. Por ello, ante la duda, es mejor acudir a un centro médico", explica. Conviene, además, hacer una desinfección local con povidona o clorhexidina y posteriormente vigilar la temperatura (aparición de fiebre) y el estado de la piel, por sí aparecen lesiones, durante, al menos, seis semanas.
Cuando salimos al campo, Goenaga aconseja cubrir la mayor parte del cuerpo, "es decir, usar gorra, camisas con manga larga y pantalones largos sin dejar que pase de la pierna expuesta", utilizar ropa de colores que nos permitan distinguir la presencia de garrapatas, usar repelentes, y posteriormente revisarse las diferentes zonas del cuerpo (cuero cabelludo/ axilas, ingles).