Sociedad -
Drama de la Migración
Mikel Epaltza, párroco de Urruña: "No se puede entrar a una iglesia con armas para detener a la gente"
Decenas de personas han denunciado la entrada de la Policía a la iglesia de Urruña para detener a 10 personas migrantes. Ocho de los diez detenidos han sido expulsados.
eitb media
Euskaraz irakurri: Mikel Epaltza Urruñako apaiza: "Ezin da eliza batera armekin sartu jendea atxilotzeko"
Decenas de personas se han concentrado esta tarde frente a la iglesia de Urruña (Urrugne) para denunciar la operación desarrollada allí ayer por Policía Nacional francesa. La protesta ha tenido lugar las 18:00 horas bajo el lema "La solidaridad no es delito".
A primera hora de la tarde de ayer 10 personas migrantes fueron detenidas en el interior de la iglesia, donde se refugiaban.
El sacerdote de Urruña, Mikel Epaltza, ha denunciado los hechos durante la concentración. Ha señalado que la Iglesia siempre ha ayudado a los inmigrantes y ha recordado que una iglesia es un lugar sagrado: "Estamos aquí para mostrar nuestro apoyo a los inmigrantes y también para mostrar nuestra indignación. La iglesia no es una casa cualquiera, es un lugar sagrado y debe ser respetado. Ha sido una casa refugio durante siglos y no se puede entrar con armas para detener a la gente".
El párroco ha dicho que las personas migrantes, "los hermanos que llegan de África, vienen a menudo a la iglesia, los recibimos todas las semanas o todos los días, porque saben que aquí van a ser cobijados y serán ayudados hasta Baiona" ha explicado.
Los organizadores de la protesta, miembros de la red de solidaridad Bidasoa, se han mostrado agradecidos del apoyo recibido: "Vemos que nuestro pueblo tiene alma.Gracias de corazón" han manifestado.
El alcalde de Urruña, Filipe Aramendi, también ha denunciado duramente las detenciones. En declaraciones a Euskadi Irratia ha reiterado que la iglesia es "un lugar público" que tiene "unos valores éticos y humanos". Por ello, ha condenado rotundamente lo sucedido.
De las 10 personas detenidas, 8 han sido expulsadas y las otras dos, menores de edad, no.
No es la primera vez que ocurre que grupos de personas migrantes hayan sido detenidas en la localidad, y llevados de nuevo al otro lado de la muga.