Sociedad -
Calentamiento del Ebro
Greenpeace exige el cierre de Garoña
El portavoz de Greenpeace ha exigido la parada de la central hasta que no se construya una torre de refrigeración.
Redacción
Greenpeace ha alertado hoy del calentamiento que sufre el río Ebro a su paso por la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) a causa de su sistema de refrigeración y ha exigido su cierre inmediato por incumplir la normativa relativa al vertido de aguas. Greenpeace ha presentado en Gasteiz dos informes con datos sobre las muestras termométricas del Ebro recogidas en el entorno de la central nuclear burgalesa, cuyo cierre definitivo está previsto para 2013, que ha elaborado la empresa Anbiotek.
El primero de los informes se realizó en febrero de este año cuando la central estaba en período de funcionamiento y el segundo se efectuó el pasado mes de mayo, coincidiendo con la inactividad de Garoña durante una parada de casi un mes para la recarga de su combustible nuclear. El responsable de la Campaña Nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, ha explicado que las muestras recogidas para el primer informe dieron unas diferencias de temperatura notables entre los 6,5 grados registrados a la altura del municipio burgalés de Frías y los 24,3 grados en la zona de descarga de la central.
En cambio, las muestras de mayo, cuando la central permanecía inactiva, concluyen que la temperatura en Frías era de 16,5 grados y en el entorno de la central de 21,1 grados, un pequeño aumento debido, según Greenpeace, a la acción solar y a la reducción de la velocidad del agua en las proximidades del embalse de Sobrón.
Así, el informe de Greenpeace concluye que en ausencia de actividad la central de Garoña no produce contaminación térmica en la aguas del Ebro, mientras que cuando está en pleno funcionamiento produce un "notable" aumento de la temperatura de las aguas que está ocasionado un impacto ambiental negativo.
Bravo ha explicado que la causa de esta contaminación térmica reside en los "problemas de refrigeración" del reactor de la central.
Además, ha recordado que el Ministerio de Medio Ambiente determinó que el máximo incremento admisible de la temperatura por la acción de la central debe ser de 3 grados centígrados, normativa que "incumple" Garoña.
Por todo ello, el portavoz de Greenpeace ha exigido la parada de la central hasta que no se construya una torre de refrigeración y ha advertido de que si la administración central no interviene la organización ecologista acudirá a las tribunales.
Según Bravo, el calentamiento del río Ebro está provocando un impacto medioambiental negativo en la zona, cuya consecuencia, a falta de los datos de un informe que se está elaborando, es la progresiva desaparición de especies autóctonas.