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Juicio
El hermano de Leyre Rodríguez sobre el acusado:'Era un cero como marido y como padre'
El hermano y varias amigas de Leyre han declarado en el juicio que el acusado vivía a costa de la víctima y que nunca aceptó el divorcio.
AGENCIAS | REDACCIÓN
Euskaraz irakurri: Leyre Rodriguezen neba, akusatuari buruz: 'Senar, aita eta bikotekide txarra zen'
El hermano de Leyre Rodríguez, a cuyo exmarido se juzga por su asesinato, ha afirmado hoy que el acusado comunicó a los dos hijos de la pareja, de 2 y 6 años en el momento de los hechos, que su madre había muerto y que en esa conversación "no derramó ni una puta lágrima".
"Era un vago, se aprovechaba de mi hermana, que era la que tiraba de la casa, de los niños y de todo; era un cero como marido, como padre y como compañero. No aceptó el divorcio porque para él implicaba perder la comodidad y ponerse a trabajar, y eso para él es lo peor", ha relatado Francisco José R.M., quien ha indicado que "estaba todo el día encerrado en una habitación con el ordenador".
Este testigo, que tiene la tutela de los dos niños, ha comparecido hoy en la segunda sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Bizkaia contra Jorge Mateos Prado, a quien la Fiscalía, la acusación popular, la acción popular y el abogado del Estado acusan de un delito de asesinato con alevosía por golpear a su exmujer y, una vez inconsciente, pasarle con un coche por encima hasta matarla.
Estos hechos ocurrieron el 7 de agosto de 2015 y el propio acusado informó por teléfono al hermano de Leyre de que había muerto atropellada, según su primera versión, y lo hizo "sin titubeos, tranquilo, frío", según ha dicho.
El acusado mantuvo este relato hasta que el día 18 de ese mismo mes se intentó suicidar arrojándose a las vías del tren, y las sospechas policiales recayeron sobre él.
"No ha tenido valor ni para pedirnos perdón", ha dicho Francisco José R.M. y ha comentado que "siempre se había despreocupado de sus hijos, que ahora son mis hijos, y me pareció imposible que se pudiera hacer cargo de ellos. No puso ningún problema en darme la tutela y la patria potestad".
También han testificado hoy varias amigas de la víctima, quienes han asegurado que cuando se enteraron de su muerte sospecharon enseguida del exmarido.
"Tras la separación, le preocupaba que ella rehiciera su vida con alguien y la espiaba en las redes sociales" o "le mojó el móvil para inutilizarlo" han sido algunas de sus declaraciones, a la vez que han coincidido en que Leyre "cambió a mejor" tras el divorcio, porque con el matrimonio se había aislado socialmente, mientras que para el acusado supuso "dejar de vivir bien y ponerse a trabajar".
"Ya no le iba a mantener, ni a limpiar la casa; ha vivido toda la vida de Leyre", han afirmado, y han descrito al acusado como "mentiroso, fantasioso y no de fiar".