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Juicio
Ezkurdia mató a Losada con una escultura, según la Ertzaintza
A pesar de que el acusado asegura que bebió desde primera hora, las imágenes de cámaras de seguridad no evidencian signos de embriaguez.
Agencias | Redacción
Euskaraz irakurri: Ezkurdiak eskultura batekin jota hil zuen Losada, Ertzaintzaren ustez
La agente de la Ertzaintza que dirigió la investigación del crimen del actor Koldo Losada ha manifestado su convencimiento de que el arma homicida con la que el acusado Jon Ezkurdia golpeó en la cabeza a la víctima puede ser una escultura que representa un pie humano de casi 12 kilos, que la pareja tenía en su casa.
Según ha explicado esa ertzaina, que coordinó la actuación policial, en la tercera jornada del juicio que se sigue en la Audiencia de Bizkaia por el asesinato de Koldo Losada, el acusado y marido de la víctima pudo golpearle con esa obra de arte hasta causarle la muerte y después "se deshizo de ella", enviándosela como regalo a una amiga el mismo día del crimen.
Ha contado que esa amiga alertó a la Ertzaintza de que el día de autos Ezkurdia le había enviado con un transportista varios objetos de valor, cuadros y otras obras de arte que ya no iba a necesitar.
Tras la inspección policial del piso donde ocurrió el crimen, los policías no hallaron ningún objeto romo y contundente como el que los forenses habían descrito como arma homicida, y acudieron a la vivienda de esa amiga del acusado donde hallaron dos esculturas compatibles con las lesiones que presentaba el cadáver de Losada.
La coordinadora del caso ha considerado que ese gran pie grisáceo, en el que aparecieron restos de sangre de la víctima, fue empleado por su marido para golpearle en la cabeza y causarle un traumatismo craneoencefálico que le ocasionó la muerte.
Sin signos de embriaguez
Jon Ezkurdia aseguró en su declaración en el juicio que aquel día empezó a beber alcohol y a ingerir barbitúricos a primera hora de la mañana, por lo que no recuerda nada de ese día hasta la llegada de la policía ya que sufre "agujeros negros" en la memoria.
Sin embargo, en las cámaras que registraron su actividad de ese día "se le ve que iba ligero", "andando correctamente" y actúa con diligencia en el banco para teclear en el cajero, sin evidenciar signos de embriaguez, ha indicado la ertzaina.
Tras su arresto, el presunto autor del crimen no quiso prestar declaración en comisaria, pero parecía orientado y solicitó ver a un médico, por lo que se le trasladó a un ambulatorio donde le administraron unos tranquilizantes.
La coordinadora de la investigación ha recordado que los agentes estuvieron especialmente atentos al estado de Ezkurdia tras su arresto porque el día de los hechos había dicho a sus amigas que sufría una enfermedad terminal y que le quedaba poco de vida. Sin embargo, los investigadores comprobaron con el Servicio Vasco de Salud que no sufría ninguna patología grave como él había asegurado a todos sus allegados antes del crimen.
Deudas
La Ertzaintza también comprobó que no era cierto que el bar "La gallina ciega" que regentaba el acusado estuviera cerrado por orden del ayuntamiento tras haber recibido denuncias por ruidos de los vecinos. Descubrieron, por contra, que el bar debía 7.700 euros a un proveedor de vinos y que debía varios meses del alquiler del local.