Sociedad -
Tragedia en Santiago
El revisor y el maquinista hablaban 11 segundos antes del siniestro
El juez ha citado a declarar este viernes, a las 10:00, y en calidad de testigo, al interventor del Alvia, aunque en el auto prácticamente lo exime de responsabilidad.
Redacción
El revisor y el maquinista del tren Alvia accidentado el 24 de julio hablaban 11 segundos antes del accidente, según la edición digital del diario El País, que cita datos contenidos en las cajas negras del convoy analizados por la Policía Científica.
"El maquinista Francisco José Garzón conducía a 199 kilómetros por hora cuando contestó la llamada de Antonio Martín Marugán, el revisor del tren que descarriló en su camino desde Ourense a Santiago de Compostela provocando 79 muertos el miércoles 24 de julio. Ocurrió a las 20.39.06, dos minutos antes del accidente", añade el periódico.
"Cuando descarriló, a las 20:41, la velocidad del tren era de 179 km/h. El último sonido de su conversación está registrado a las 20:40:55, tan sólo 11 segundos antes del siniestro y a poco menos de 400 metros de la curva de la tragedia".
"El informe", detalla El País, "concluye también que la conversación entre el conductor y el revisor duró un minuto y 40 segundos (desde las 20:39:15 hasta las 20:40:55), aunque no queda constancia del momento en el que ambos colgaron. Lo único que está registrado es ese último sonido del maquinista Garzón".
El juez Luis Aláez, que investiga el accidente ferroviario del 24 de julio, ha citado a declarar este viernes, en calidad de testigo, al interventor del Alvia, Antonio Martín Marugán, aunque en el auto prácticamente lo exime de responsabilidad y maneja como hipótesis una conducción inapropiada.
El instructor considera en este documento, facilitado por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, que la actuación del interventor del tren siniestrado, que cubría la ruta Madrid-Ferrol, en principio se presenta "correcta", ajustada a los procedimientos del operador y a las prácticas del sector.
El juez estima que la llamada no es causa del descarrilamiento que sufrió el tren, y aunque se considere "desafortunada por el lugar o momento en que se hizo", ello se entiende "insuficiente" para atribuirle una imprudencia con relevancia penal por un siniestro, con un saldo de 79 muertos y más de 150 heridos, que parece tener su causa "en la inapropiada e imprevisible conducción del maquinista".
Marugán ha dicho que solo responderá de lo acontecido ante la justicia: "Estoy inmerso en un proceso judicial. Declaro mañana. Voy mañana a hacer una declaración al juzgado. Entonces, ya no puedo hacer ninguna" más fuera de este ámbito, ha expuesto.
Este jueves, en cambio, ha sido menos sucinto y ha explicado la omisión de la conversación con el maquinista en su declaración policial: "Estaba muy aturdido. Mi cabeza estaba llena de imágenes terribles. No era trascendental para el accidente. En ningún momento quise ocultar la conversación, y estoy convencido de que Garzón tampoco". Lo dice porque Garzón Amo no la mencionó al prestar testimonio el pasado domingo ante el juez instructor Luis Aláez. Del contenido del diálogo, que duró dos minutos, ha dicho Marugán que su única intención era facilitar la bajada de una familia con hijos en Pontedeume, localidad situada a unos 15 kilómetros de Ferrol, el destino final de ese Alvia que había bajado de Madrid.