Los portugueses acuden a las urnas en unas elecciones legislativas muy reñidas

Portugal celebra hoy las elecciones anticipadas para poner fin a la crisis política que se remonta a 2019. El año en el que finalizó la relación estable y duradera entre las fuerzas de la izquierda conocida como a 'geringonça'.

Esta situación sacó al país del pozo en el que se encontraba, pero al mismo tiempo desencadenó un desencuentro que se vio reflejado en el rechazo de los antiguos socios de los socialistas a los presupuestos.

Ante este escenario el primer ministro, António Costa sigue todavía al frente de las encuestas, pero la ventaja que tiene sobre el candidato del Partido Social Demócrata (PDS), Rui Rio, es cada vez más ligera.  

Según apunta el investigador del CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs), Héctor Sánchez, es muy probable una gran coalición entre las dos fuerzas, pero sin que el centro derecha entre en el Gobierno.

 "El precio que van a exigir comunistas y Bloque es más alto que el que va a exigir el PSD (...) ahora, si António Costa no se decide por ellos, la campaña que le van a hacer pagar es enorme", añade Sánchez.

Costa ha culpado durante la campaña a comunistas y al Bloque de ser los responsables de la actual situación, lo que pone difícil la posibilidad de unir nuevamente sus caminos para la siguiente legislatura. No obstante, la irrupción de la extrema derecha de Chega! como posible tercera fuerza en el Parlamento también complica un posible acuerdo con sus antiguos socios, ahora más debilitados.

La ventaja disminuye

Por el momento, Costa cuenta con un 36 por ciento en intención de voto, por debajo todavía de los 116 diputados necesarios para tener mayoría en el Parlamento, mientras que el Bloque lograría entre cinco y ocho diputados y comunistas entre cinco y nueve, según varios sondeos publicados en la prensa portuguesa.

Sin embargo, Costa ha ido perdiendo la holgada ventaja que tenía en las encuestas, en las que llegó a contar con más de diez puntos de diferencia sobre Rio, quien, en el mejor de los casos según los sondeos, está tres puntos por debajo del candidato socialista.