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Análisis

Mitt Romney como mal menor

Romney sigue sin seducir a las bases, pero cosecha votos porque muchos ven a Santorum demasiado extremista.

El analista internacional Jesus Torquemada. EITB
El analista internacional Jesus Torquemada. EITB
El analista internacional Jesus Torquemada. EITB

Jesús Torquemada

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Mitt Romney dio ayer un importante paso para convertirse en candidato del Partido Republicano en las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, pero sigue sin ser un candidato sólido y da la impresión de que todavía puede haber sorpresas en las primarias.

Romney ganó ayer en Arizona y Michigan, pero en Michigan, que es el Estado en el que nació y del que su padre fue gobernador, ganó con muchos apuros frente a Rick Santorum. Después de que Newt Gingrich se desinflara, Santorum es ahora el principal rival de Romney.

Santorum representa al ala más conservadora del Partido Republicano, tiene el apoyo del llamado Tea Party y está centrando su campaña en lo que allí llaman "valores morales". Es decir, oposición al aborto, negativa al matrimonio homosexual, oración obligatoria en las escuelas, prohibición de enseñar la teoría evolucionista de Darwin, castidad sexual para los jóvenes, y cosas parecidas. Santorum, católico y padre de siete hijos, ha conseguido atraer los votos de la derecha religiosa, que además desconfía de Romney por ser mormón.

Sin embargo, muchos republicanos piensan que Santorum es demasiado extremista y que no tiene posibilidades de vencer al actual presidente, Barack Obama, en noviembre. Por eso, finalmente se lo piensan bien y le dan el voto a Romney.

La siguiente batalla será el martes que viene, cuando habrá primarias republicanas en diez estados.

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