La UE corta el grifo del petróleo iraní

La Unión Europea está a punto de meterse en un lío con el embargo del petróleo de Irán. Para Irán, que los europeos dejen de comprarle petróleo va a ser, sin duda, un problema. Casi la quinta parte del petróleo que vende Irán se lo vende a los europeos. Así que, en un primer momento, la suspensión de las compras europeas le producirá un importante perjuicio económico.

Sin embargo, no tardará Irán en encontrar alguien que adquiera el petróleo que dejen de comprarle los europeos. Por ejemplo, China, que cada vez consume más energía y que ya es un buen cliente del petróleo iraní. En cambio, para algunos países europeos va a ser complicado sustituir el petróleo que ahora le compran a Irán. Los más dependientes del crudo iraní son Grecia, Italia y España. El que está en peor situación es Grecia, que importa de Irán la mitad del petróleo que consume. Irán le permite a Grecia pagar con 60 días de retraso; a ver cómo encuentra ahora Grecia, un país con mala fama financiera, otro suministrador tan generoso.

Pero el problema principal es que no es nada seguro que la Unión Europea consiga el objetivo que persigue con estas sanciones: que Irán abandone su plan de construir bombas atómicas. La lectura de los ayatolas iraníes va a ser justo la contraria. Les va a reafirmar en su idea de que la única forma de que les respeten es, precisamente, consiguiendo armas nucleares.

Si de verdad Irán está cada día más cerca de construir su bomba nuclear, como afirma la Agencia Internacional de la Energía Atómica, no va a ser precisamente ahora cuando dé marcha atrás.