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Expresidente de Egipto

Perfil: Mubarak, el 'Faraón' que se enfrenta a la peor de sus condenas

El expresidente de Egipto, quien durante 30 años gobernó el país con una mano de hierro, afronta desde hoy el repudio por parte de sus propios ciudadanos.

El expresidente de Egipto Hosni Mubarak. Foto: EFE
El expresidente de Egipto Hosni Mubarak. Foto: EFE
El expresidente de Egipto Hosni Mubarak. Foto: EFE

Redacción

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El expresidente de Egipto Hosni Mubarak, que durante 30 años gobernó el país con una mano de hierro que le valió el apodo de Faraón, afronta desde hoy un juicio que ya supone para él la peor de sus condenas: el repudio por parte de sus propios ciudadanos.

Durante 30 años Mubarak gobernó Egipto (el país más poblado del mundo árabe) con severidad, pero al mismo tiempo con grandes dosis de paternalismo, que le llevó a considerar a los egipcios como sus "hijos".

Mubarak se enfrenta a la acusación de planear ataques contra los manifestantes durante la Revolución del 25 de Enero, que le obligó a abandonar el poder el pasado 11 de febrero.

Nacido en 1928 en el Delta del Nilo, se hizo piloto de combate, y en 1973 desempeñó un papel trascendental en la guerra del Yom Kipur contra Israel, como jefe de la Fuerza Aérea egipcia. Ocupó ese cargo hasta 1975, cuando el entonces presidente, Anuar El Sadat, le nombró su vicepresidente. En 1981, el asesinato de Sadat le convirtió repentinamente en presidente.

Recogió el legado de Sadat y quiso convertirse en el gran mediador de Oriente Medio al mantener la paz con Israel, lo que -unido a la ayuda de Estados Unidos- le permitió labrarse una reputación de estadista y convertirse en el aliado de Occidente en la región.

Con la excusa de la lucha antiterrorista y ayudado por la Ley de Emergencia, utilizada para contener la ola de terrorismo islámico que sacudió Egipto en los años 90, suspendió las libertades de prensa y asociación, amplió los poderes de los órganos de seguridad y anuló derechos civiles y políticos.

Poco a poco, la falta de libertades, la corrupción, las crecientes diferencias sociales y la pobreza (cerca del 40 % de los 80 millones de egipcios viven con menos de dos dólares al día) hicieron que la oposición ganara terreno, en especial los islamistas Hermanos Musulmanes.

El 25 de enero de 2011, comenzó en Egipto una ola de protestas inspiradas en la revuelta de Túnez, que pedían reformas políticas y económicas, y la dimisión del "rais".

Mubarak impuso el toque de queda, cambió el Gobierno, prometió reformas y anunció que no se presentaría a las elecciones presidenciales de septiembre, pero no logró con ello acallar las protestas y terminó renunciando a la Presidencia el pasado 11 de febrero tras 18 días de revolución.

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