Internacional -
Murieron 228 personas
Comienzan a analizar las cajas negras del vuelo Río-París
El accidente se produjo en el año 2009, cuando el avión que cubría la ruta Río de Janeiro-París cayó al Atlántico. En el accidente murieron sus 228 ocupantes, de 32 nacionalidades diferentes.
Redacción
Las cajas negras del avión que cubría la línea entre Río de Janeiro y París y que se estrelló hace casi dos años en aguas del Atlántico con 228 personas a bordo, han llegado a París para comenzar a ser analizadas y tratar de explicar uno de los más misteriosos accidentes de la historia de la aviación. Las dos cajas han sido presentadas a la prensa entre una nube de cámaras, doce días después de su hallazgo entre los restos del avión, lo que abrió la esperanza de comprender los motivos del accidente. Los expertos de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA), responsables de las pesquisas, comenzarán el análisis de las mismas pero hasta dentro de, al menos, tres días no se sabrá si sus datos son válidos tras casi dos años a 3.900 metros de profundidad.
Una de las dos cajas, la que contiene los registros de los parámetros del vuelo, se encuentra "en buen estado", mientras que la memoria que contiene las grabaciones de las conversaciones en cabina apareció sin el módulo de protección.
Los investigadores han rescatado también uno de los motores del A330 y una cápsula que contiene restos de los ordenadores de abordo y que podría ser importante para la investigación.
Francia inició a finales de abril el operativo de rescate de los cuerpos y restos del avión, que cayó al mar cuando cubría la ruta Río de Janeiro-París, en la que es la quinta campaña de búsqueda. En el accidente murieron sus 228 ocupantes, de 32 nacionalidades diferentes, entre ellos 61 franceses y 58 brasileños.
Por el momento, los expertos han rescatado dos cuerpos a unos 3.900 metros de profundidad, bastante "degradados", pero que permitirán recoger las primeras muestras de AND para su identificación.
No obstante, según recoge la prensa local, los dos jueces franceses que instruyen la investigación judicial han decidido que por respeto a la dignidad de las víctimas y de sus familias no se rescaten aquellos restos que por permanecer tanto tiempo en el océano se encuentren demasiado degradados.