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Entrevista en eitb.com
Kirmen Uribe: 'Quisiera escribir desde el punto de vista de una mujer'
El escritor Kirmen Uribe regresa a Nueva York, esta vez al Festival de Literatura Europea. Pronto volverá a casa, porque su hija Arane está a punto de nacer. Hablamos con él antes de su partida.
Bea Sever
A estas alturas tendrás amigos en Nueva York...Sí, tengo algunos, sobre todo entre escritores. Me ha dado mucho apoyo la escritora y traductora Elizabeth Macklin, y luego, vas conociendo gente: escritores, editores, gente del American PEN...
Sí, ya te he visto de fiesta con Elizabeth en el blog de Mikel Urmeneta...(Ja-ja) Ya sabes, vas allí y... Mikel es un buen amigo y solemos hacer cenitas, y este año también creo que caerá alguna. Bueno, ya sabes que Mikel es un poco travieso y puso esa foto, sacada a las tantas de la madrugada, pero nosotros estamos haciendo muecas, ¿eh? (ja-ja). La situación está un poco exagerada.
¿En qué estás trabajando en estos momentos?Estos dos años han sido de mucho trabajo. Por un lado, cuando se publicó el libro en euskera tuvo muy buena acogida, se leyó mucho, y después con el premio dio otra vuelta. Más tarde, se publicó a la vez en castellano, gallego y catalán y eso también da mucho trabajo. He andado de aquí para allá casi hasta hoy mismo, que acabo de llegar de Barcelona. He escrito algunas cosas: poesía, pequeños ensayos... Y también tengo algunas ideas de novela; ya irán saliendo cosas. Tengo ganas de trabajar. Ya sabes, cuando llevas un tiempo fuera de casa y en labores de promoción, tienes ganas de meterte en casa y pasarte unos meses en otro tipo de tareas, y después quieres salir otra vez. Ahora voy a dedicarme a escribir y a apoyar las traducciones internacionales. El año que viene va a salir el libro en portugués y en francés y voy a apoyarlos. Y a escribir, esa es mi intención.
¿Supone mucha responsabilidad haber recibido el Premio Nacional de Narrativa? ¿Qué tal trabajas bajo presión?Bien. La verdad es que cuando escribí la novela también tenía presión; la de nuestro mundo, el mundo del euskera, pero la tenía. Y ahora esa presión ha aumentado, pero yo creo que tengo capacidad para olvidarme de la presión y hacer la literatura que me gusta. Es muy importante hacer la literatura que a uno le gusta, y si uno mismo se queda a gusto, la gente se va a quedar a gusto. Además, tengo muchas posibilidades; Bilbao-New York-Bilbao es una novela tan especial, que partiendo de ahí puedo hacer cualquier cosa, Bueno, perdón, quiero decir que puedo tomar muchos caminos. Entonces, en ese sentido estoy tranquilo.
¿En qué gastaste el dinero del premio?(Ja-ja) Lo gasté en hacerme la web (de Kirmen Uribe), que la van a terminar ahora. Y después, con la familia, comprando cosas para casa.
Ya que mencionas a la familia... ¿No te da pudor dar a conocer capítulos de tu vida privada?No, porque lo hago en su justa medida (ja-ja), y con el consentimiento de ellos. Yo creo que todo el mundo lo hace un poco. En mi opinión tienes que ser natural ante los medios y si vas a tener una hija, decirlo. Eso le ocurre a todas las personas públicas. Otra cosa es salir cada semana con la foto de los niños, pero cuando se trata de temas extraordinarios, pues sí.
¿De verdad os tocó a Nerea y a ti la misma carta en la romería de San Jerónimo o es mentira? Bueno, mentira no es nada (ja-ja). Está ahí, ¿no? Ese es el juego de la novela. La novela surge de la ficción, aunque haya personajes y situaciones reales, pero en definitiva la novela es ficción. Lo único que yo he hecho es coger personas y elementos de la realidad, y algunas anécdotas, y hacer ficción con ellos. Decidir si son verdad o mentira queda en manos del lector.
¿Te ves capaz de escribir desde el punto de vista de una mujer?Sí. Es difícil, pero sí. No sé si me veo capaz, pero al menos me gustaría, e intento incorporar el punto de vista de la mujer.
¿Prefieres escribir poesía o recitarla?Escribir. Bueno, leer, los poemas de otros (ja-ja), y después escribir. Estos son los tres pasos: leer, escribir y después recitar, si surge. Lo de los recitales es algo autónomo, algo que haces para estar cerca del lector, pero hay que hacerlo en su medida. Lo más importante siempre es el libro.
¿El hecho de que el Lehendakari Patxi López leyera un poema tuyo en su investidura ha atraído a un nuevo público?No sé. Yo creo que es una simple anécdota y que ese poema tiene cosas más interesantes, como que se publicó en el New Yorker. Creo que fue un guiño y que así hay que tomarlo. La gente en Euskal Herria está muy acostumbrada a hacer no sé qué lectura, y las cosas muchas veces son más naturales que eso.
A raíz de eso, ¿conociste al Lehendakari?No, ya le conocía de antes.
Cuando realizas entrevistas para medios de comunicación estatales, ¿te preguntan por la situación política en Euskadi?Sí, pero no tanto. Yo creo que ahí ha habido un salto importante, en los últimos años no preguntan tanto. Yo he tenido mucha suerte, me han respetado mucho en los medios y me han tratado muy bien. Alguna pregunta sí, pero sobre todo, me han preguntado por el libro y, además, he notado que les ha gustado; bueno, que lo han leído (ja-ja).
¿También has recibido críticas malas o malintencionadas?Sí, pero esas cosas también hay que tomarlas en su justa medida, porque ¡la mayoría de las críticas han sido buenas! El tema es que no puedes gustar a todos. El libro a tenido muchos seguidores, ha salido gente muy importante a subrayar sus bondades, pues, hay que dejarlo ahí. Luego, el escritor siempre tiene que tener claro que a todos no les gusta lo que haces, no por ti, por el estilo o porque se trata de un tipo de literatura novedosa, algunos prefieren un estilo más clásico. Hay que aceptar eso. No hay un escritor que guste a todo el mundo, ni tampoco un músico. En realidad, cualquier músico, incluso el más querido, no le gusta a todo el mundo, y un escritor tampoco.
¿Cómo logras mantener el equilibrio entre el mundo vasco y el mundo global?Yo soy muy de aquí, soy muy vasco, y veo Euskal Herria de una forma amplia, pero ubicada en el mundo. Yo creo que escribir desde aquí y contar cosas de aquí es muy importante, pero no de un modo cerrado, sino de una forma abierta, de manera que los demás lo entiendan. Esa es la clave: escribir desde Euskal Herria, pero para un lector global.