Internacional
Análisis
Ya es la hora en Irlanda del Norte
Jesús Torquemada
El Gobierno de coalición formado por el DUP y el Sinn Fein ya no puede seguir adelante si no logra de una vez concretar la transferencia de los asuntos de Justicia e Interior.
Casi doce años después del Acuerdo de Viernes Santo, que estableció la paz y la autonomía en Irlanda del Norte, el proceso sigue aún sin completarse. En concreto, falta por concretar la transferencia más importante, la de Justicia e Interior, lo cual incluye la Policía. Y no porque Londres no quiera concederla, sino porque los partidos norirlandeses no se ponen de acuerdo sobre su contenido.
Al principio, era el republicano Sinn Fein el que ponía problemas. Los católicos de Irlanda del Norte siempre han considerado a la Policía del Ulster un instrumento represivo contra ellos. Nueve de cada diez agentes son protestantes. Se acordó cambiar el nombre, ahora se llama Servicio Policial de Irlanda del Norte en lugar de Policía Real del Ulster, y que los católicos no fueran discriminados si querían incorporarse. Y entonces las reticencias surgieron en el bando protestante. La mitad de los diputados del Partido Democrático Unionista, el DUP, no quieren ratificar el pacto, pero ya no hay posibilidad de marear más la perdiz. O se firma ya el pacto tal como está, o se va a unas elecciones anticipadas. El Gobierno de coalición formado por el DUP y el Sinn Fein ya no puede seguir adelante si no logra de una vez poner en marcha la transferencia de los asuntos de Justicia e Interior.
Bastante milagroso ha sido que dos partidos tan antagónicos sean capaces de compartir el Gobierno, pero doce años sin completar lo dispuesto en el acuerdo de paz son ya demasiados.