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Política

Reformas del Gobierno

El Gobierno abre la puerta a retrasar dos años la jubilación

Redacción

La reforma podría comenzar a aplicarse en 2013 y en 2025 estaría ya vigente. En el Consejo de Ministros ha tratado también otros temas como las pensiones.

El Gobierno ha aprobado retrasar la edad de jubilación de los 65 años actuales hasta los 67, como parte del plan de reforma de las pensiones que pretende garantizar el mantenimiento del sistema a medio y largo plazo.

El Gobierno central ha presentado al Consejo de Ministros un extenso informe con sus propuestas para reformar el sistema de la Seguridad Social, en el que además de la anunciada medida de elevar la edad de jubilación desde los 65 a los 67 años, abre la puerta a que se produzcan cambios en el periodo de cálculo de la pensión, ampliándolo más allá de los 15 años actuales, aunque sin precisar cuánto debería incrementarse.

Fuentes del Ejecutivo han añadido que la fecha de aplicación del incremento de la edad de jubilación "sigue abierta" y podría concretarse en la Comisión del Pacto de Toledo.

El Ministerio de Economía y Hacienda propuso en un principio que el retraso en la jubilación se aplicara en un período de doce meses, en contra del criterio del Ministerio de Trabajo e Inmigración que no cree que haya llegado el momento oportuno para modificar la edad de jubilación.

Idea inicial

La idea inicial de Economía, según estas fuentes, era que en 2025 España fuera el primer país de la Unión Europea donde todos los trabajadores se jubilaran a los 67 años.

Además el documento que hoy será previsiblemente aprobado por el Gobierno también contiene otros temas más generales como el período de cálculo de las pensiones.

Pensión de viudedad

En el campo de la pensión de viudedad, el Gobierno destaca la conveniencia de estudiar si en los casos de convivencias familiares breves y sin descendientes, en vez de una pensión vitalicia, se asigne una indemnización en pago único o una prestación temporal.

Asimismo, propone analizar la posibilidad de establecer una relación más flexible entre las rentas de trabajo y la pensión de viudedad para mejorar la situación de los pensionistas que perciban una única renta.