Internacional
Discurso Estado de la Unión
Obama intenta encender de nuevo la llama de la ilusión
Redacción
En su discurso más importante del año, el presidente estadounidense ha buscado reconquistar la confianza del estadounidense medio y ha anunciado que la recuperación de empleo será su prioridad en 2010
El presidente de EE. UU., Barack Obama, ha combinado hoy su conocida retórica y un mensaje eminentemente económico en su discurso sobre el Estado de la Unión para buscar recuperar la iniciativa política y devolver la ilusión al electorado, en un momento en el que precisamente su popularidad se encuentra en declive.
Al comenzar su segundo año de mandato, Obama ha optado por escuchar el viejo consejo de su último predecesor demócrata, Bill Clinton: "Es la economía, estúpido".
Así, de los aproximadamente 70 minutos que ha durado su discurso ante las dos Cámaras del Congreso -el más importante del año político-, dos terceras partes las ha dedicado a la economía y a presentar propuestas que, a su juicio, fomentarán directa o indirectamente la creación de puestos de trabajo.
Entre las medidas que ha anunciado figura una propuesta para destinar 30.000 millones de dólares del plan de rescate financiero para que bancos locales concedan créditos a las empresas, lo que permitirá a éstas contratar a más personal.
También ha anunciado una congelación parcial del gasto público, que busca ahorrar cerca de 250.000 millones de dólares en diez años, y ha asegurado que la recuperación del empleo será la principal prioridad de su Gobierno en 2010. Para ello ha instado al Senado a que apruebe "sin dilación" la reforma laboral aprobada por el Congreso, con la que pretende fomentar la creación de empleos en el campo de las energías renovables.
Otras medidas
Fuera del área económica, el presidente ha presentado medidas como su llamamiento a repeler la ley "Yo no pregunto y tú no me cuentas" ("Don''t ask, don''t tell"), que impide que los homosexuales declarados puedan servir en las Fuerzas Armadas.
La reforma migratoria también se ha mencionado: "Deberíamos continuar el trabajo de arreglar nuestro fallido sistema migratorio, de garantizar la seguridad en la frontera, hacer cumplir nuestras leyes y asegurarnos de que cada persona que cumple las reglas puede contribuir", ha dicho Obama, aunque no ha pedido al Congreso directamente que apruebe una medida en este sentido.
Más atención ha dedicado a la reforma del sistema sanitario, la gran prioridad legislativa de su primer año de mandato y cuyo futuro es incierto después de que los demócratas perdieran la semana pasada la mayoría absoluta en el Senado.
En una referencia a los estadounidenses que carecen de cobertura médica o se encuentran en peligro de perderla, ha subrayado que "no abandonaré a esos ciudadanos y tampoco deberían hacerlo los presentes en esta cámara".
En un discurso donde la economía ha jugado un papel hegemónico, la política exterior ha desempeñado un rol secundario, hasta el punto de que "temas calientes" como Guantánamo u Oriente Próximo ni se han mencionado. Eso sí, ha asegurado que la guerra de Irak "toca a su fin".
Los estadounidenses, contentos con el discurso
Parece que Barack Obama ha dado a los votantes exactamente lo que querían oír.
Una encuesta instantánea de la cadena CBS indica que el 83 % de los telespectadores que siguieron el discurso aprueba las propuestas presidenciales.