Política
Operación contra ETA
Uno de los detenidos intentó huir en un registro, según Interior
Redacción
Ibon Iparragirre se tiró a una zona de zarzas, lo que le provocó diversos rasguños, según el Departamento de Interior.
Ibon Iparragirre, uno de los presuntos miembros de ETA detenidos ayer, intentó huir durante el transcurso de uno de los registros tirándose a una zona de zarzas, lo que le provocó diversos rasguños, según el Departamento de Interior.
Iparragirre fue detenido, junto con otras cuatro personas, en el transcurso de la operación policial desarrollada aer por la Ertzaintza en Bizkaia y Gipuzkoa. Interior le acusa de formar un comando de ''legales'' (no fichados por la Policía) que, entre otras acciones, atentó contra la comisaría de Ondarroa en 2008, acción en la que resultaron heridas 11 personas, entre ellas tres ertzainas.
Por su parte, el Movimiento Pro Amnistía ha asegurado en un comunicado que Iparragirre presentaba lesiones en la cabeza y en el rostro y por unos momentos perdió el conocimiento. Asimismo, ha señalado que los familiares de los detenidos, que se encuentran incomunicados, han solicitado que se les mantenga informados, que sean grabados durante el tiempo que estén en comisaría y que les pueda visitar un médico de confianza.
Los detenidos permanecen en dependencias policiales
Mientras tanto, los cinco presuntos miembros de ETA permanecen en la Comisaría de Vitoria-Gasteiz, donde están siendo interrogados.
La Policía Autonómica les ha aplicado la Ley Antiterrorista, por lo que se encuentran incomunicados hasta que pasen a disposición judicial en Madrid.
Durante los ocho registros efectuados ayer, los agentes de la Ertzaintza se incautaron de una pistola y cerca de medio kilo de material explosivo, en concreto pentrita, según informa Europa Press citando fuentes de la investigación.
Los cinco detenidos son Ibon Iparragirre, Asier Badiola, Xeber Uribe, Jabier Zubizarreta y Jon Iñaki Esnaola, todos ellos de edades comprendidas entre los 29 y los 40 años.
A los tres primeros, detenidos en Ondarroa (Bizkaia), se les acusa de pertenecer a un comando de ''legales'' (activistas no fichados por la Policía que llevan una vida normal), mientras que a Zubizarreta y Esnaola de haber colaborado circunstancialmente.