Haití y las adopciones internacionales

La risa de un niño, una infancia feliz... Lo que debería ser un derecho, se convierte en toda una pesadilla cada vez que ocurre una catástrofe como la de Haití.

El viernes pasado UNICEF alertaba del rapto de un número indeterminado de niños en varios hospitales de Puerto Principe, se hablaba que podían ser entre 15 y 20.

Cada vez que se produce una catástrofe de tal magnitud, se dispara el número de huérfanos. Meses después del tsunami de Indonesia los internados de la provincia de Aceh, habían recogido más de 1.300 huérfanos. En total, se calcula que entre 35.000 y 40.000 niños se quedaron huérfanos, 45.000 los menores fallecieron y cientos de ellos fueron secuestrados por las guerrillas locales, tanto niños como niñas.

Según datos de la UNESCO, la principal violencia que se ejerce contra la infancia es en los conflictos armados. Cada año 200.000 niños son asesinados, 600.000 resultan heridos, 6.000 mueren por minas antipersonas y hay 3,5 millones de niños refugiados. En este contexto bélico, por cada militar que muere, nueve son víctimas civiles, la mayoría mujeres y niños.

Y en situaciones de conflicto la explotación sexual y comercial de los niños mueve más de 9.000 millones de euros en el mundo.Se trata de estructuras casi empresariales y transnacionales que explotan a 1,8 millones de niños en todo el mundo cada año.