cultura
Entrevista
Ander Lipus: "El teatro abre un espacio muy rico a 'Miñan'"
Natxo Velez | EITB Media
La compañía Artedrama estrena este viernes, en el teatro Arriaga de Bilbao, la adaptación teatral del libro "Miñan".
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El actor y director Ander Lipus. Foto: Ainhoa Resano.
Euskaraz irakurri: Ander Lipus: "'Miñan' antzerkira ekartzeak espazio oso aberatsa zabaltzen du"
En Miñan (Susa, 2019) –traducido al castellano por Ander Izagirre como Hermanito (Blackie Books)–, Amets Arzallus llevó al papel la valiosa narración de Ibrahima Balde, la crónica de un terrible y temible viaje desde Guinea Conakri hasta el Bidasoa; ahora, la compañía Artedrama apuesta por subir al escenario de los teatros esta historia. Bajo la dirección de Ander Lipus, el propio Lipus, los actores Sambou Diaby y Mikel Kaye y la actriz Eihara Irazusta materializará la historia del libro en euskera más leído en los últimos años durante una larga gira que arranca este viernes, 25 de octubre, en Bilbao (teatro Arriaga, 19:30).
Hemos hablado con Lipus sobre esta nueva vertiente de Miñan, sobre el entusiasmo que le despertó el libro, su relación con la dramaturga inglesa de origen vasco Timberlake Wertenbaker, lo que el público encontrará sobre el escenario en Miñan y sobre lo que ojalá se lleve consigo tras asistir a la representación.
Lipus nos explica cómo le sienta este nuevo traje a esta necesaria historia.
'Miñan'. Foto: Ainhoa Resano.
¿Cuándo y por qué surgieron las ganas de llevar al escenario esta historia? ¿Cuál fue la chispa que encendió el proyecto tras leer el libro y qué camino ha recorrido desde el papel hasta las tablas?
Yo leí el libro durante la pandemia, y me pareció maravilloso, pero en ningún momento pensé en llevarla al escenario.
Más tarde, la vida me llevó a conocer a Timberlake Wertenbaker. Amets conoce muy bien a Timberlake, que fue la encargada de realizar la versión en inglés de Miñan, A little brother.
Un buen día, Tim me dijo que tenía ganas de llevar Miñan al teatro en Londres, y me pareció una pena que una obra en euskera no se pudiera ver en teatro en su idioma original. Pasó el tiempo, le pregunté a Tim sobre la idea de representar Miñan en Londres y me dijo que el proyecto se encontraba parado.
Entonces le dije que podía ser un momento adecuado para trabajar juntos, y llevar a Miñan en euskera al teatro. Comencé a pensar en actores, a qué actores negros y euskaldunes podíamos recurrir, y, una vez tuvimos los actores, acudimos a Amets.
Amets ha recibido muchas propuestas para hacer una obra de teatro con la historia, también desde Madrid, y al principio no lo veía claro; la historia de Ibrahima es real, y quería protegerlo del éxito de Miñan. Le costó aceptar, pero finalmente nos dijo que sí, y fue entonces cuando pusimos en marcha el equipo de Artedrama.
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Miñan es una historia conocida, se trata del libro en euskera más vendido en los últimos años. ¿Cuánto os habéis permitido alejaros del libro y en qué habéis decidido serle lo más fieles posible?
La literatura y el teatro son diferentes. Por tanto, sí que nos hemos permitido cierta libertad a la hora de crear, pero, a la hora enfocar la historia, hemos tenido la suerte de poder colaborar con Amets, y hemos sido muy fieles a lo que se cuenta en el libro. No hemos inventado nada porque fuera a ayudar a la obra.
Hemos contado Miñan tal y como es.
La adaptación del texto ha recaído en la dramaturga de origen vasco Timberlake Wertenbaker (Our Country's Good…). ¿Cómo se ha materializado la colaboración con ella?
Tim ha estado a nuestro lado desde el principio, encargándose de la adaptación, y, al igual que todo el equipo, ha realizado un gran trabajo.
Hemos estado dando vueltas al guion hasta el último momento, trabajándolo, decidiendo qué decir y cómo hacerlo, y Tim nos ha acompañado en todo momento. Además, hemos contado con la colaboración de Amets.
¿Qué relación habéis tenido con los autores del libro, Ibrahima Balde y Amets Arzallus?
Como te digo, Amets ha estado muy implicado desde el principio: ha podido seguir todos los ensayos, y siempre he escuchado su opinión sobre la obra.
Ibrahima Balde vive en Madrid hoy en día, donde trabaja en un taller, por lo que no hemos podido estar mucho con él, aunque sí que existe una relación.
Fuimos a Madrid con la obra Hondamendia, y muchos y muchas del equipo pudimos conocerlo entonces, también Sambou Diaby, el actor que lo interpreta en Miñan. Asistió a nuestra representación, y luego salimos juntos a comer algo. Hemos establecido una relación muy grata y bonita.
Sambou Diaby interpreta a Ibrahima en 'Miñan'. Foto: Ainhoa Resano.
El libro guarda un estilo muy concreto e identificable, el recogido en el libro por Amets Arzallus desde la narración de Ibrahima Balde, tan sencillo como potente. ¿Ha llegado ese estilo a la obra? ¿Cómo se logra eso a través de los recursos del teatro?
Creo que Amets ha elaborado un estilo muy sencillo, llano y bello, y el teatro es un territorio diferente. Hay que dotar de cuerpo a eso que se cuenta.
Hemos marcado nuestro estilo, después de estar buscándolo durante todo el proceso creativo. Espero que el público se una a ese estilo y que disfrute.
¿Qué puertas abre a una historia, en este caso a Miñan, el cambio de formato del libro al teatro y cuáles le cierra?
No sé si le cierra puertas. El libro se lee en soledad, mientras que el teatro es un acto comunitario.
Llevarlo al teatro le abre un espacio muy rico: la voz se oye en directo, y los cuerpos reales están frente al público. Me parece un precioso acto de libertad y creación.
¿Qué se encontrará el público sobre el escenario? ¿Qué decisiones escénicas habéis tomado para desarrollar el monólogo?
Sobre el escenario, el público encontrará dos planos. Por un lado, Ibrahima contará su historia al público, y, por otro, habrá una especie de escenas.
Trabajamos cuatro intérpretes en Miñan: Sambou Diaby, Eihara Irazusta, Mikel Kaye y yo mismo. Encarnamos a diferentes personajes, y llevamos a la acción aquello que era palabra. La escenografía, el vestuario y todo eso nos dará la posibilidad de dibujar mundos diferentes.
José Pablo Arriaga ha fabricado algunas cajas de madera especiales, que creo que enriquecen mucho la historia. Recrean diferentes espacios: la cárcel, el espacio donde sufre las torturas, el gallinero, la casa de Guinea, el desierto, el pueblo…
'Miñan'. Foto: Ainhoa Resano.
¿Qué le pides a cada representación? ¿Qué sentimiento o pensamiento te gustaría vivir en cuanto baje el telón cada noche?
Hemos trabajado mucho durante año y medio, y en el teatro es de eso de lo que se trata; más que de hacerlo bien o mal, de hacer aquello que hay que hacer.
Cuando salimos de la representación, los actores y actrices sentimos un bello vacío. El tema del racismo y la migración está muy presente hoy en día, y creo que dejaremos algo en cada persona del público para que pueda reflexionar y emocionarse.
Nosotros y nosotras no emocionaremos, y espero que el público también se emocione.
Tenéis una larga gira por delante. ¿Qué le deseas a Miñan y qué función asignas hoy y aquí a la obra, en caso de que le asignes alguna?
Tenemos una gira muy larga. Tenemos muchas funciones, y muchas de ellas serán para escolares. Desde Artedrama solemos elaborar dosieres pedagógicos, y trabajamos con muchas y muchos estudiantes para que, además de ver teatro, jóvenes y adolescentes reflexionen sobre la historia de Miñan y todas esas personas que emprenden este arduo viaje en África.
En caso de que cumpla una función, sería esa: hablar sobre todo eso, pensar sobre ello, sentirlo y encauzar un sentimiento de empatía hacia todos estos y todas estas migrantes que llegan desde fuera.