cultura
Teatro
‘El público de 'Roman eta Julieta' se ríe y se emociona’
Natxo Velez | eitb.eus
Anartz Zuazua dirige ‘Roman eta Julieta’, obra que sitúa una historia de amor imposible en el siglo XXI. Se podrá ver en Durango este sábado, 2 de febrero.
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jose Ramon Soroiz y Tanya de la Cruz son Roman y Julieta. Foto: Iñaki Aranburu.
Euskaraz irakurri: ‘'Roman eta Julieta'ko publikoak barre egiten du eta hunkitu egiten da’
El empuje del amor es difícilmente aplacable, siempre y cuando este sea apasionado, y los enamorados chocarán igualmente, ya que si se vive honestamente el sentimiento te arrastra hasta el final, con el odio entre Montescos y Capuletos como en ‘Romeo y Julieta’ o, en pleno siglo XXI, con los prejuicios y miedos de unos hijos que ven temerosos cómo su padre anciano se enamora de su cuidadora inmigrante, como sucede en la obra de teatro ‘Roman eta Julieta’.
El clásico de Shakespeare partía de la historia de amor entre dos adolescentes para, al igual que hacen todas las buenas obras, explicar el mundo, mientras que ‘Roman y Julieta’, escrita por Iñaki Rikarte y dirigida por Anartz Zuazua, tiene como origen la relación entre un anciano con discapacidad física en situación de dependencia (Jose Ramon Soroiz) y su cuidadora, inmigrante (Tanya de la Cruz), más joven que él. Esta situación invita al espectador a reflexionar sobre el cuidado de nuestros mayores, las relaciones afectivas entre personas mayores, la dependencia, la migración o las relaciones dentro de las familias.
Ainhoa Aierbe, Asier Sota y Alazne Etxeberria acompañan sobre el escenario a Soroiz y De la Cruz en la obra, estrenada en noviembre del año pasado, capitaneando un equipo de unas veinte personas que llevará la obra este sábado, 2 de febrero, a partir de las 20:00 horas, al Centro Cultural San Agustín.
Alazne Etxeberria, Asier Sota y Ainhoa Aierbe son los hijos de Roman y Julieta. Foto: Iñaki Aranburu.
Habéis traído a la actualidad el eco del amor imposible de ‘Romeo y Julieta’, arrojando luz sobre varios aspectos de la sociedad que suelen quedar muchas veces escondidos. ¿Qué mundo nos muestra la obra?
La obra muestra el mundo de una familia. El protagonista es un hombre de edad avanzada que acaba de perder a su mujer y está en una situación de dependencia física debido a un ictus. Sus tres hijos quieren llevarlo a una residencia, tras haberse ocupado durante unos largos meses del cuidado de su padre, y están en la lista de espera. En ese momento, con ayuda del párroco del barrio, contratarán a una mujer inmigrante para que cuide a su padre. En esa relación, surgirá el amor.
Se trata de una excusa perfecta para hablar sobre las relaciones que tienen los hijos con sus padres: ¿cuándo cambian los roles? ¿a qué edad pasan los hijos a ejercer de padres y los padres a ejercer de hijos? ¿cuándo toman los hijos para sí el derecho a decidir sobre la vida de sus padres? ¿por qué se pisotea la dignidad bajo el pretexto del sentido común?
Prejuicios. Muchas veces creemos tener razón sin saber verdaderamente qué ocurre.
El texto es obra de Iñaki Rikarte. ¿Qué es lo que te llamó la atención cuando lo leíste?
Cuando se me ocurrió esta obra y le pedí a Iñaki que escribiera el texto, no creía que fuera a tener tantos momentos cómicos. Los diálogos de la obra son muy buenos. La gente se ríe mucho, no quiere perderse ni un fragmento de la obra y se emociona.
Azpeitia, Hondarribia, Sopela… La obra ya ha hecho un pequeño recorrido. ¿Qué opiniones o sensaciones habéis recogido?
Hemos tenido una muy buena acogida y hemos visto reacciones extrañas. Recuerdo que tras el preestreno, un hombre se acercó a la actriz Tanya de la Cruz, que hace de Julieta, y la abrazó llorando mientras le daba las gracias porque había visto reflejados en la obra varios pasajes de su vida.
Lo que está pasando es mejor que lo que me hubiera imaginado: después de ver la función, la gente se queda con ganas de volver a ver la obra.
Foto: Iñaki Aranburu.
Habéis hecho una gran apuesta en el apartado técnico, y dos ganadores de sendos premios Max como Ikerne Gimenez (vestuario) y Roberto Yagüe (iluminación) trabajan en la obra. ¿Somos conscientes del volumen de trabajo que exige un montaje así?
Lamentablemente, no. Pero para sacar adelante una obra como esta, se necesita mucha gente, y no solo en apartado artístico. Por ejemplo, en ‘Roman eta Julieta’ trabajamos veinte personas, sin contar los trabajadores de la imprenta o los que han trabajado en el transporte.
El teatro también da trabajo. La cultura, en general, puede crear y mantener puestos de trabajo.
94 personas han participado en la campaña de financiación colectiva de ‘Roman eta Julieta’. ¿Os esperabais semejante apoyo? ¿Sería posible haber montado la obra sin esta ayuda?
Cuando lanzas una campaña así, siempre crees que todo irá bien y hemos trabajado mucho para que así fuera, pero la respuesta ha sido apoteósica.
Se trata de la apuesta más fuerte de Borobil Teatroa, queríamos ser muy competitivos en el mercado. Y el Gobierno Vasco también lo entendió así, y nos dio una muy importante subvención.
De todas formas, con ella solo cubrimos el 49 % del presupuesto. Por eso, la financiación colectiva ha sido esencial. Gracias a ella, el resultado es espectacular.
De otra manera, ‘Roman eta Julieta’ sería otra cosa, pero no lo que es hoy en día.
Foto: Iñaki Aranburu
Roman y Julieta están interpretados por Jose Ramon Soroiz y Tanya de la Cruz. ¿Cómo definirías sus interpretaciones?
Jose Ramon Soroiz y Tanya de la Cruz hacen un trabajo gigante. No es nada fácil lo que hacen.
Los dos trabajan desde muy dentro, viviendo de verdad las situaciones de la obra, es decir, sintiendo de verdad. Y eso empuja al público a sentir de la misma manera. Es espectacular lo que se crea en el teatro.
¿Qué recorrido le prevés a la obra?
Le preveo un largo recorrido. Poco a poco, van saliendo representaciones en Euskal Herria. En marzo, estrenaremos la versión en castellano en Dferia, la feria de teatro de San Sebastián.
Estoy seguro de que andaremos por el Estado. Y Tanya cree que también por Colombia. ¿Por qué no?