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'Resistid a la imbecilidad', dijo Agnes

Begoña del Teso | Cannes

Cannes aplaudió puesto en pie las palabras, el sonido y la furia de la mujer que homenajeamos el domingo: Agnès Varda.

  • Agnes Varda, Palma de Oro de Honor. EFE

    Agnes Varda, Palma de Oro de Honor. EFE

Los premios son relativos. Como todo en este Universo. Perdón, como casi todo. No lo serán nunca las palabras de Agnes Varda que el último día de la edición 68 de Cannes recibió la Palma de Oro de Honor.

Se la entregó otra furia femenina, la Jane Birkin de Serge Gainsbourg, aquella de Je t´aime, moi… non plus. La madre de Charlotte. Se la ofreció en nombre de todos a la cineasta que amó como nadie a Jacques Demy y luchó cámara con cámara con gentes tan fílmicamente hermosas como Truffaut, Godard o Rohmer.

La autora de Cleo de 5 a 7, Las cien y una noche o Sin techo ni ley. Y ella, nacida en el mil nueve 28, la recibió diciendo que era Palma de resistencia y combate y apremiando a los directores de este XXI a 'resistir a la imbecilidad'.

Muchos lo hacen: el Acevedo de La tierra y la sombra, el Némes de la brutal y bellamente infernal El hijo de Saúl, los productores de Wild Bunch, presentes en casi todas las películas que en este Cannes 68 han socavado nuestras (in) seguridades…

Resistiendo a la imbecilidad junto a Franco, Donzelli y muchos más andamos. Próximas ''kedadas'' de este hermoso combate: Venecia y Donostia.