Garikoitz, Mikel y Aimar son los pequeños que conforman Garmitxa Elkartea; niños condenados a una vida sin comida. Su enfermedad sin nombre encuentra aún pocas respuestas por parte de la comunidad médica, pero sí ha logrado tejer una gran red de solidaridad y empatía: Un claro ejemplo son las 'taponadas' que realizan con tapones llegados desde diferentes puntos del mapa. Acciones como ésta han ido siempre encaminadas a promover y financiar la investigación. Estos esfuerzos, unidos al poder de las redes sociales, nos permiten hoy hablar del inicio de un esperanzador estudio genético.
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