Sociedad -
Violencia machista
'Tu puta noche de locura es mi destrucción'
Una víctima de una violación ofrece públicamente su testimonio para dar voz a todas las víctimas de la violencia sexual.
AGENCIAS | REDACCIÓN
Euskaraz irakurri: 'Zure parranda puta nire suntsipena izan da'
(ACLARACIÓN 08/11/2017): La Plataforma 7N contra las Violencias Machistas ha aclarado en un comunicado que el testimonio publicado a continuación "no se corresponde con un testimonio real, sino una recreación, sin nombres ni apellidos, del sentimiento de una víctima de una agresión sexual, que desde nuestra experiencia y trabajo en esta materia, quisimos visibilizar".
Por ello, la plataforma ha lamentado la confusión creada. El testimonio fue publicado como real por la agencia EFE, y fue recogido a continuación por diferentes medios, entre ellos eitb.eus.
Esta es la noticia publicada:
"Tu puta noche de locura es mi destrucción", es el mensaje que una víctima de violación ha querido lanzar a sus agresores este viernes por la tarde en el Congreso, donde ha ofrecido su valiente testimonio para dar voz a tantas mujeres que han sufrido la violencia sexual.
"Voy camino a casa, estoy cansada y decido irme. Camino por la calle, sin miedo pero con miedo. Me siento en un banco donde hay un conocido". Así ha comenzado el relato de su violación en el acto "Tribunal de Mujeres contra las violencias machistas" convocado por la Plataforma 7N.
A ese conocido se unieron tres más: "Sin saberlo, ellos planeaban violarme", ha rememorado la chica, "cansada de vivir siempre con miedo".
Cuando la meten en un callejón, adquiere consciencia de lo que va a ocurrir y se le "hiela el cuerpo", solo quiere "gritar". "Que pase ya, que pase ya".
Sin embargo, "el tiempo no pasa", se ríen de ella, le hacen fotografías y la graban. "Su poder es mi condena", lamenta.
Al terminar, le quitan el móvil como "si eso fuera relevante" en ese momento. "Tengo frío, tengo calor, tiemblo, no me controlo. Me tumbo en un banco, me acurruco y cierro los ojos. Que no haya pasado, que no haya pasado", se dice.
"Pero resulta que tu puta noche de locura ha sido mi destrucción", zanja.
"¿Lo cuento? No me van a creer. ¿A quién se lo cuento? ¿Ha sido mi culpa? Claro que no, yo no quería. ¿Por qué me he sentado en ese banco con esa gente? ¿No eran mis amigos? Confiaba en ellos, eran mis amigos, no lo entiendo", se pregunta.
Y a esas interrogantes se agolpan otras muchas: "¿Podría haber hecho algo para evitarlo? Quizá ir a otro sitio. ¿Tendría que haber ejercido más resistencia? No, no podía, ni siquiera me salía la voz, solo intentaba respirar".
"Quiero llegar a casa y limpiarme, me doy asco. ¿Es que nadie lo ha visto? Tengo miedo de coger un taxi, de entrar en mi portal y encontrármelos, de andar por la calle. Pero a lo que más miedo tengo es a darme cuenta de que esto es real".
Recuerda el miedo también a haberse quedado embarazada, o a haber sido contagiada de alguna enfermedad, pero no sabe qué hacer. "Esto no me lo enseñaron en el colegio, nadie me ha enseñado a reaccionar. Ayuda, necesito ayuda, por favor", implora.
Las dudas se ciernen sobre si denunciar o no, "pero necesitaran pruebas". Aunque qué más pruebas si le "han destrozado la vida?" .
¿Y decírselo a su madre? "Pobre, llorará y no sabrá qué hacer. No puedo hacerle esto a mi madre ¿Adónde voy? Maldita sea, ojalá lo supiera".
Finalmente, decide ir a una comisaría, pero rechaza que sea un hombre el que recoja su testimonio. "No quiero estar con ningún hombre. Quiero ir al hospital, pero no sé qué me van a hacer. Vuelvo a sentirme sucia, solo quiero limpiarme".
"Ojalá pudiera echar marcha atrás y no haber salido hoy. Y ojalá ellos no me hubieran tocado", concluye.
Sus testimonios han servido para poner cara a la violencia sexual, que hoy ha "juzgado" este particular Tribunal de Mujeres, el cual ha terminado "condenando" al Estado por otros casos de violencia machista como los de Ángela González o Juana Rivas, presente en la sala Ernest Lluch de la Cámara Baja.
Rivas ha dejado que sea Paqui Fullerat, de la Plataforma 25N de Granada, la que contara su caso y la que pidiera justicia porque solo ha "sentido indefensión" y ha sido "vapuleada por todas las instancias de la autoridad judicial".
Aunque se ha llevado algo positivo: "sentir el afecto, el apoyo y el cariño de muchas personas, muchas de ellas desconocidas".
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