Sociedad -
Violencia machista
Las capitales vascas muestran su repulsa por el asesinato de Alicia
El funeral de la pequeña tendrá lugar este viernes en la localidad burgalesa de Hontoria del Pinar.
eitb.eus
Las capitales vascas y otras muchas localidades se han echado a la calle este jueves para condenar el asesinato de Alicia, la niña de 17 meses a la que un hombre arrojó por la ventana el lunes en Vitoria-Gasteiz tras supuestamente abusar sexualmente de ella.
La Plaza de la Virgen Blanca, en Vitoria-Gasteiz; la Plaza del Arriaga, en Bilbao; el Boulevard, en Donostia-San Sebastián; y la Plaza del Ayuntamiento, en Pamplona/Iruña, han sido algunos de los escenarios en los que cientos de personas (más de un millar solo en la capital alavesa) se han concentrado para mostrar su hartazgo ante la violencia machista.
Los y las asistentes a las protestas han portado pancartas con lemas como "Ni una más", "Erasorik ez erantzunik gabe" [ningún ataque más sin respuesta] y "Eraso sexisten aurrean elkartasun feminista" [solidaridad feminista frente a los ataque sexistas].
La localidad soriana de San Leonardo de Yagüe, donde vive el padre de Alicia, también ha convocado una concentración de repulsa para este viernes en el Ayuntamiento.
El funeral de la pequeña Alicia se oficiará también este viernes en el pueblo burgalés de Hontoria del Pinar, donde viven algunos familiares, mientras que su madre, Gabriela, que fue herida por el presunto asesino, mejora y ya ha salido de la UCI.
El funeral tendrá lugar a las 12:00 en la iglesia parroquial de La Asunción de Nuestra Señora, y los restos de la pequeña serán enterrados posteriormente en el cementerio municipal.
El traslado del cuerpo de la bebé se ha retrasado, ya que este jueves se le ha practicado la autopsia, prueba que puede ser determinante no solo para saber las lesiones que sufrió la niña, sino comprobar si hay indicios de haber sufrido abusos sexuales por parte del acusado.
El presunto asesino, Daniel Montaño, un sevillano de 30 años, permanece aislado en la cárcel alavesa de Zaballa.
Se le ha aplicado el protocolo de prevención de suicidios, de forma que estará siempre acompañado por otro interno y no compartirá horarios con el resto de presos en el patio ni en las comidas para evitar que sea agredido, aunque no se descarta su posible traslado a otra cárcel.