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Amnistía Internacional
AI denuncia que Siria ahorcó a 13.000 personas en una cárcel en 4 años
Denuncian que todas esas muertes, la mayoría de civiles presuntamente contrarios a Assad, han ocurrido entre 2011 y 2015, en la prisión de Saydnaya, en grupos semanales.
agencias | redacción
Euskaraz irakurri: Siriako kartzela batean 13.000 pertsona urkatu dituztela salatu du AIk
Hasta 13.000 personas, en su mayoría civiles presuntamente contrarios al Gobierno de Bashar al Assad habrían sido ahorcadas entre 2011 y 2015 en la prisión de Saydnaya, de donde todas las semanas, y a veces hasta dos veces por semana, se sacó a grupos de hasta 50 personas para ahorcarlas, según ha denunciado Amnistía Internacional (AI).
En su informe 'El matadero humano: ahorcamientos masivos y exterminio en la prisión siria de Saydnaya', Amnistía ha indicado que el Gobierno sirio impone deliberadamente condiciones inhumanas a los presos de Saydnaya mediante torturas reiteradas y la privación sistemática de alimentos, agua, medicinas y atención médica, lo que ha costado la muerte a muchos de ellos.
La organización ha denunciado que estas prácticas, que constituyen crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, son autorizadas por las máximas instancias del Gobierno de Al Assad.
"Los horrores expuestos en este informe revelan una campaña oculta y monstruosa autorizada por las máximas instancias del Gobierno sirio, encaminada a aplastar cualquier forma de disidencia en la población siria", ha declarado la directora adjunta de investigación en la oficina regional de Beirut de Amnistía Internacional, Lynn Maalouf.
"Exigimos a las autoridades sirias que cesen inmediatamente las ejecuciones extrajudiciales y la tortura y los tratos inhumanos en la prisión de Saydnaya y en todas las demás prisiones del Gobierno que hay en Siria", ha reclamado, defendiendo que "Rusia e Irán, los mayores aliados del Gobierno, deben presionar para que se ponga fin a estas políticas homicidas de reclusión".
Asimismo, ha sostenido que estos hallazgos deberían abordarse en las conversaciones de paz sobre Siria que se celebrarán este mes en Ginebra e "incluir en el orden del día que se acabe con estas atrocidades en las prisiones del Gobierno sirio".
En este sentido, la responsable de Amnistía ha reclamado a la ONU que realice "inmediatamente una investigación independiente sobre los crímenes que se están cometiendo en Saydnaya" y que exija "el acceso de observadores independientes a todos los centros de reclusión".
Un año de investigación
Las conclusiones del informe se basan en una investigación intensiva realizada a lo largo de un año, desde diciembre de 2015 hasta diciembre de 2016, en la que se hicieron entrevistas directas a 84 testigos, entre los que había exguardias y funcionarios de Saydnaya, reclusos, jueces y abogados, así como expertos nacionales e internacionales en la privación de libertad en Siria, ha explicado Amnistía.
En un informe anterior publicado en agosto de 2016, la organización ya había calculado que desde que comenzó la crisis siria en marzo de 2011 habían muerto en las prisiones de Siria más de 17.000 personas como consecuencia de las condiciones inhumanas y la tortura.
Esta cifra, ha aclarado ahora la ONG, no incluye las aproximadamente 13.000 muertes adicionales consecuencia de las ejecuciones extrajudiciales que se denuncian en este informe.
Sin ningún tipo de garantía procesal
Según ha explicado, ninguno de los condenados a la horca en esta prisión ha sido sometido "a nada que se parezca a un juicio" sino que antes de ser ahorcados se les somete a "un trámite superficial de uno o dos minutos en lo que se conoce como Tribunal Militar de Campaña".
A este respecto, Amnistía ha recalcado que "estas actuaciones son tan sumarias y arbitrarias que no pueden considerarse un procedimiento judicial".
Según le ha contado un antiguo juez de un tribunal militar, en estos actos el juez pregunta "al detenido su nombre y si ha cometido el delito". "Sea cual sea la respuesta, será declarado culpable", ha precisado, subrayando que "esto no es un tribunal" y no tiene nada que ver con el Estado de derecho".
Políticas de exterminio
Por otra parte, según la ONG, un gran número de reclusos ha muerto como consecuencia de las "políticas de exterminio" de las autoridades, que incluyen torturas reiteradas y la privación sistemática de alimentos, agua, medicinas y atención médica.
Muchos de los presos dijeron que habían sido violados y, en algunos casos, obligados a violar a otros reclusos. La tortura y las palizas se emplean habitualmente como una forma de castigo y de degradación, y a menudo causan lesiones permanentes, incapacidad e incluso la muerte, ha destacado la ONG.