Graves disturbios raciales ponen a Baltimore en estado de emergencia

Al menos 27 personas han sido detenidas a causa de los graves disturbios raciales que se han desatado este lunes por la noche en la ciudad de Baltimore, en el estado estadounidense de Maryland, tras el funeral de Freddie Gray, un joven negro que murió en extrañas circunstancias mientras estaba bajo custodia policial. Según fuentes policiales, 15 agentes han resultado heridos.

También se han registrado múltiples destrozos materiales como la quema de vehículos, de una tienda y de un edificio en construcción, así como saqueos en varios comercios.

Ante esta situación excepcional, el gobernador del estado de Maryland, Larry Hogan, ha decretado el estado de emergencia y ha movilizado a la Guardia Nacional.

Además, las autoridades locales han anunciado que se suspenden las clases para este martes y la alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, ha impuesto el toque de queda en la ciudad a partir de este martes y durante una semana, entre las 22:00 y las 05:00 hora local.

La familia de Freddie Gray ha hecho un llamamiento a la calma y ha censurado los disturbios en la ciudad. "Quiero justicia para mi hijo, pero no quiero que se haga de esta manera", ha indicado Gloria Darden, madre de Gray, en un evento religioso celebrado por la familia en una iglesia local.

Ayer tuvo lugar en Baltimore el funeral del joven, al que asistieron miles de personas y que transcurrió de forma pacífica, pero cuando concluyó se desencadenaron protestas violentas que se expandieron por gran parte de la ciudad.

CASO GRAY

El joven negro Freddie Gray murió el 19 de abril tras sufrir una lesión en la médula mientras estaba bajo custodia policial. Seis agentes de Policía han sido suspendidos y está en curso una investigación interna.

La semana pasada, el comisario de Policía Anthony Batts dijo que los agentes repetidamente no ofrecieron a Gray la asistencia médica que necesitaba y desatendieron otras normas.

Este nuevo caso ha reabierto las heridas en la comunidad negra, que, tras la muerte de Michael Brown en Ferguson (Misuri) el pasado mes de agosto, denuncia que existe un notorio uso desproporcionado de la fuerza por parte de los policías con la población negra.

De hecho, las protestas cristalizaron por un problema que un gran número de afroamericanos en Baltimore considera cotidiano: la mayor presión policial contra los negros.

La muerte de Gray, que agonizó durante una semana en un hospital con la columna rota tras una detención, se suma a otros fallecimientos en todo el país de afroamericanos desarmados a manos de la Policía.

En una conferencia, el abogado de la familia Gray, William Murphy, dijo que el problema de la brutalidad policial es un asunto de derechos humanos.

Rodeado de varias decenas de representantes de la comunidad negra y miembros de bandas que han condenado la violencia, Murphy preguntó cuántos de los presentes habían sido víctima de brutalidad policial; casi ninguna mano quedó sin alzar.